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Grandes superficies

"En Mallorca ya no cabe ni un metro cuadrado más de comercio"

Las patronales del sector alegan que la apertura de megacentros es solo un negocio urbanístico

"En Mallorca ya no cabe ni un metro cuadrado más de comercio"

"En Mallorca ya no cabe ni un metro cuadrado más de instalaciones comerciales", afirma el presidente de una de las patronales isleñas de este sector (Afedeco), Rafael Ballester, pero este mismo argumento ha sido defendido igualmente por su homólogo en Pimeco, Bernat Coll. Ambos llevan mucho tiempo esgrimiendo la necesidad de limitar, en lo posible, la implantación de nuevas grandes superficies en la islaimplantación de nuevas grandes superficies en la isla.

Un argumento esgrimido desde estas patronales es que incluso las grandes superficies comerciales ya son conscientes de que ellas mismas se están haciendo la competencia unas a otras con las nuevas aperturas, en detrimento de su facturación. Pero se recuerda que la puesta en marcha de los nuevos megacentros es básicamente un negocio urbanístico y no comercial, ya que el beneficio se obtiene con el alquiler de sus locales, o la posterior venta de todo el complejo a algún fondo de inversión.

"Crujirlas" con los costes

Un aspecto que se lamenta es que la Unión Europea no permite prohibir la apertura de una empresa por motivos económicos, es decir, alegando el daño que pueda hacer a las ya implantadas. Pero si abre la puerta a fijar limitaciones relacionadas con cuestiones territoriales y medioambientales, argumentos que se pueden vincular al hecho insular y a la escasez de recursos. Es por ello que desde estas organizaciones empresariales no se oculta que la única forma de parar a las grandes superficies es "crujirlas" con los costes adicionales a los que se deberán someter para paliar los problemas que generen en aspectos como la movilidad o el consumo energético, según señala Ballester.

El presidente de Afedeco considera absurdo que sí se pueda aplicar una limitación en las plazas hoteleras, de forma que para dar de alta una nueva primero se deba dar de baja otra ya existente, y no en el comercio, y defiende que esta misma política debería de poder aplicarse en materia de metros comerciales. "En verano tenemos muchos clientes, pero lo que no se tiene en cuenta es que en invierno los ingresos bajan muchísimo, lo que hace que la oferta comercial existente esté ya en el límite", añade.

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