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Lletra menuda

El aprieto del senador Antich

El PSIB vuelve a estar en una encrucijada de dificultad creciente desde el momento en que el presidente del Consell, Miquel EnsenyatMiquel Ensenya (Més) ha hecho pública la demanda de que el Parlament decida el sentido del voto de los dos senadores autonómicos frente a la aplicación del artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía de Cataluña.

En el PP ni siquiera se plantea la ruptura de la disciplina de voto. Bauzá entraría en crisis en caso de hacerlo, pero Antich se encuentra en posición inversa, ante un "marrón" que, haga lo que haga, le dejará teñido. Su malestar personal es también la expresión de un PSIB que ahora se encuentra con Pedro Sánchez en la misma tesitura de cuando se decantó por el actual secretario general frente a Susana Díaz. Entonces, la arriesgada apuesta de los socialistas isleños se saldó con éxito, pero ahora no hay amparo ni refugio político para una formación que se juega mucho en la decisión que adopte. Debe elegir entre disciplina de partido y convicción, entre institución y pragmatismo con fines resolutivos, todo ello sin olvidar que el PSIB tiene unos socios de Govern que no pondrán las campanas a replicar cuando el Estado intervenga Cataluña.

Al PP le sobra la mayoría absoluta de que dispone en el Senado. El voto que acabe ejerciendo Antich tiene mucho de testimonial. Y de delator. Será la expresión en la Cámara de representación autonómica por excelencia de un senador designado por un Parlament autonómico. ¿A quien se debe el senador expresident, al Parlament o al partido, a Ferraz, mejor dicho? Es el momento en el que debe intervenir la conciencia y el sentido de la responsabilidad.

El PSIB se propone celebrar un consejo político para fijar una posición que parece decantarse con claridad por el rechazo del 155. La equidistancia entre la lealtad al partido, el talante mayoritario de los socialistas isleños y la oportunidad con los socios de Govern no será fácil. Es un obstáculo que se viene manifestando claramente en la actitud que mantiene la presidenta Armengol en los últimos días.

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