Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, uno de los padres de la Constitución, afirmó ayer en una conferencia en Palma que "Cataluña ha dado tantos pasos fuera de la legalidad, que lo primero que debe hacer ahora es volver a la legalidad, no negociar una vuelta sino volver a ella". Una vez dado ese paso, "después tal vez podría hablarse de negociación". En este sentido consideró que la vía que en su opinión hubiera sido más "adecuada" para Cataluña era la de añadir en su día a la Constitución una disposición adicional como la que se incluyó para el País Vasco, que abrió la puerta al sistema tributario y de financiación de aquella Comunidad Autónoma, el conocido como cupo vasco. "Si se hubiera hecho eso con Cataluña, otro gallo nos cantaría ahora", dijo el jurista. Sin embargo, afirmó que "ahora eso ya es imposible", a la vez que mostró su esperanza en que "la situación de Cataluña encuentre encajes" para que los juristas busquen soluciones jurídicas, si bien "para eso haría falta antes que los políticos encontraran soluciones eficaces".

Herrero y Rodríguez de Miñón, en la actualidad académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y miembro permanente del Consejo de Estado, realizó estas declaraciones durante una conferencia organizada por el Cercle Financer de Balears, centrada en si es preciso reformar la Constitución. "Puede y tal vez deba reformarse", dijo el prestigioso jurista quien consideró, entre otras cuestiones, que debería afrontarse un modelo territorial que "hoy es defectuoso".

No obstante, resaltó que si el Gobierno central aplica el artículo 155artículo 155 de la Constitución con Cataluña, no debería afrontarse el cambio en la Carta Magna mientras siga la situación de conflicto. "Es de sentido común, la reforma constitucional deberá plantearse cuando proceda, pero desde luego cuando no procede es en la actual situación", dijo Herrero de Miñón. Añadió que "ahora, lo primero que hay que hacer, si es posible, es serenar los espíritus, restablecer la legalidad y, después, abordar con calma y serenidad la reforma, que no es algo que se pueda hacer de un día para otro".

Junto a ello, consideró que "la política no se puede convertir en derecho procesal" y que ha sido una buena vía el que "las decisiones que se han adoptado hasta ahora con Cataluña hayan sido jurídicas", pero "llega el momento en el que de la palabra jurídica hay que pasar a la eficacia de la acción".

Entre las cuestiones que enumeró como causantes de un modelo territorial "defectuoso", resaltó que en la Carta Magna no se fijó una estructura territorial, sino un proceso para llegar a ella. Además, la financiación autonómica "se dejó para su desarrollo legal", dando pie a "grandes negociaciones". En este sentido, sostuvo que la cuestión de la financiación autonómica "sí requiere una reforma profunda" con el fin de incluir "fórmulas decisivas" sobre el sistema.

No obstante, el "defecto" en el que más incidió es que el modelo territorial "parte de la homogeneidad de todos los territorios, cuando no lo son ya que es evidente que por ejemplo la personalidad de Cataluña no es la misma que la de Madrid". Eso ha dado lugar a una "pasión mimética" en la que las comunidades autónomas quieren lo mismo, "cuando las hay que precisan un trato singular". Así, resaltó que aquellas comunidades que tienen una lengua propia, como Cataluña, "necesitan un sistema de educación y cultura que atienda esa singularidad" y defendió con contundencia que la existencia de estas lenguas propias "son una importante riqueza" para todo el país.

Así, para afrontar un cambio constitucional sobre el modelo territorial, habría que "llenar vacíos, fijar una estructura y pasar de una falsa homogeneidad a la heterogeneidad" de los distintos territorios. Precisó que, a su juicio, el federalismo" como sistema territorial "no es la vía adecuada" e insistió en que la solución para evitar el actual conflicto en Cataluña hubiera sido introducir en la Constitución una disposición adicional similar a la del País Vasco.

Sobre esta cuestión, el exrector de la UIB, Avel·lí Blasco, quien presentó a Herrero de Miñón, recordó que en 2012 Artur Mas pidió a Mariano Rajoy un trato similar al del cupo vasco y entonces Herrero de Miñón planteó como solución esta disposición adicional en la Carta Magna, pero su propuesta no fue atendida.