El hecho de que Tolo Sbert tenga la posibilidad de salir de la cárcel en las próximas horas, no supone que su jefe, Tolo Cursach, vaya a correr la misma suerte que su principal ejecutivo. Es más, en estos momentos la fiscalía no se plantea solicitar la libertad bajo fianza del empresario, ya que lo considera el máximo responsable de la trama corrupta, sin olvidarse tampoco que en estos momentos se le acusa de un total de 17 delitos, algunos de ellos castigados con duras penas de prisión.

Cursach, aunque está privado de libertad desde el día de su detención, realizada el pasado mes de marzo, no está preso en Palma. La dirección de la cárcel propuso su traslado a otro centro penitenciario a las pocas semanas de su ingreso. Una decisión que se adoptó al detectarse que el empresario había conseguido en poco tiempo controlar a algunos presos. Además, uno de los testigos había denunciado que fue amenazado por otro recluso, que estaba en la cárcel precisamente por acosar a uno de los testigos protegidos del caso.

El empresario está ingresado en una cárcel de Alicante. Desde que ingresó, se le ha visto únicamente una vez, y no en persona, sino a través de la pantalla de un televisor. Cursach declaró como testigo, precisamente en el juicio del sicario que fue después condenado por amenazar al testigo protegido.

El empresario se acogió a su derecho a guardar silencio cuando la Policía lo trasladó a presencia del juez Penalva. Anunció que no iba a contestar a ninguna pregunta, una estrategia que se podría considerar lógica por cuanto el caso estaba bajo secreto y no se conocían las pruebas que le implicaban en este caso. Ahora toda esta información ya la conoce, puesto que su defensa ha tenido acceso al contenido de todo el sumario. Sin embargo, no ha pedido su libertad. El abogado pidió hace algunos meses que se dejara en libertad a su cliente, petición que fue rechazada. Desde entonces, no lo ha vuelto a plantear, aunque no se descarta que pueda hacerlo en breve.