La Audiencia Nacional ha absuelto a Mohamed Harrak, el joven marroquí detenido en Palma en 2016 acusado de reclutar para el Estado Islámico y de planear un atentado terrorista en España, ya que actuó creyendo que colaboraba con el Centro Nacional de Inteligencia, si bien el tribunal le ha impuesto tres años de prisión por tráfico de drogas al intervenirle en su casa 12 gramos de cocaína y dos balanzas de precisión.

La sección primera de la sala penal ha exonerado al vecino de Son Gotleu, de 28 años y que fue árbitro de baloncesto en la isla, de los delitos de integración en organización terrorista, colaboración y adoctrinamiento, por los que se enfrentaba a una pena de diez años de prisión por parte de la fiscalía. La Audiencia es muy clara al respecto. Según detalla la sentencia, que se hizo pública ayer, una semana después de juicio, la prueba pone de manifiesto que el joven "no adoctrinaba ni reclutaba ni entregaba a otras personas para que se desplazaran a Irak y Siria y se integraran en la organización Estado Islámico, sino que publicaba mensajes en la red de contenidos yihadistas y laudatorios" en los espacios que tenía abiertos en Facebook para contactar con otros individuos e identificar a quienes se habían radicalizado y estaban preparados para la acción, para facilitar esa información "a quien creía que era un agente de inteligencia para que fueran investigados e identificados".

De hecho, el acusado había suministrado noticias de interés sobre cinco personas que fueron detenidas en sucesivas investigaciones en el país. Por ello, el joven marroquí residente en Palma enviaba las capturas de pantalla de sus contactos personales a un tal Ángel, creyendo que este era del CNI. La Audiencia Nacional destaca que, al margen de desconocer la verdadera identidad del mencionado Ángel, "se puede afirmar su existencia y su actuación verosímil" en sus pesquisas.

"Hay suficientes elementos para afirmar que el acusado trataba de levantar un artificio o ardid para visibilizar e identificar a posibles candidatos terroristas, información que facilitaba a quien creía era un agente de un servicio de inteligencia", concluye el tribunal, asumiendo la versión que dio el joven en el juicio.

Además, la sala considera que la proposición para cometer un atentado en España, que se recoge en los escritos de acusación, es "imprecisa y con poco sentido". Y también la propuesta que hizo a su cuñado para que se integrara en el ISIS "carece de rigor".

La sentencia insiste en que "carece de sentido" que el acusado hubiera trasladado la información relevante de sus contactos a la persona que creía que era un agente de inteligencia si no era porque estaba colaborando en la detección de sospechosos. "Resulta poco creíble dedicarse a reclutar personas dispuestas a pasar a la acción y, al tiempo, entregarlos a una agencia de seguridad del estado", apunta el tribunal. Todo ello, junto con otros datos con elementos contradictorios, llevan a la Audiencia Nacional a absolver al joven.

El abogado defensor, Pedro Casado, se mostró ayer tarde "muy satisfecho" con el fallo. Ahora, el letrado estudia interponer un recurso de casación ante el Tribunal Supremo por lo que respecta al delito contra la salud pública, ya que Mohamed Harrak ha sido condenado a tres años de cárcel y una multa de 258 euros por tráfico de drogas, la pena mínima, ya que los magistrados consideran que no hay datos que aconsejen exasperar la condena.

Un año y medio preso

Harrak lleva un año y medio preso. La Policía Nacional lo detuvo en Palma el pasado 19 de abril de 2016. Desde entonces, el joven árbitro de baloncesto ha pasado por las cárceles de Mallorca, Algeciras, Madrid, Zaragoza y en la actualidad se encuentra en el centro penitenciario de Valdemoro (Madrid). Desde un principio aseguró a los investigadores que colaboraba con el CNI.

Según se declara probado en la sentencia, el joven de 28 años vendía cocaína en la isla. Cuando fue arrestado, poseía en su casa, situada en la calle Santa Florentina en el barrio palmesano de Son Gotleu, cocaína con esa finalidad, además de dos balanzas de precisión. Una de las básculas se hallaba en la taquilla de su lugar de trabajo, un hotel de Calvià. Estos útiles los empleaba para dosificar la sustancia a los clientes.

En el año 2014, Harrak se ofreció como colaborador al CNI mediante un mensaje electrónico. Luego, una persona que se hacía llamar Ángel mantuvo una conversación personal con él. Creyendo que colaboraba con la agencia de inteligencia, el joven abrió varios perfiles de Facebook con diferentes nombres para contactar con personas que estuvieran dispuestas a pasar a la acción y viajar a Irak y Siria para integrarse en el Estado Islámico o bien actuar en España. Para ello, insertaba y difundía mensajes de texto e imagen con información sobre el ISIS y contenidos laudatorios.

Harrak siguió las instrucciones de Ángel, con quien se citó varias veces en enero, febrero y marzo de 2015, le dio información de sus contactos en la red y le entregó las conversaciones que mantenía con ellos por whatsapp. El 19 de febrero de 2015 el supuesto agente le aconsejó que cerrara la cuenta de Facebook y cancelara la línea de teléfono. A cambio, el joven le pidió que le resolviera un problema con su permiso de residencia.

Con el objetivo de identificar a radicales, Harrak dijo a sus contactos que quería ir a Siria, contactó con un reclutador del EI en Turquía, propuso a otros viajar a zonas de conflicto y sugirió actuar en España. Además, publicó en la red vídeos del ISIS, la ejecución de un periodista británico, rezos y fotos suyas practicando airsoft.