El empresario Bartolomé Cursach habría comprado a un falso vecino de un competidor para que le denunciara. Un testigo ha asegurado que recibió 3.000 euros a cambio de llamar a la Policía Local para quejarse del ruido de un local del Paseo Marítimo, haciéndose pasar por residente en la zona pese a que jamás ha vivido allí. El Grupo Cursach utilizó su datos y sus firmas para presentar una treintena de quejas, reclamaciones y denuncias en su nombre ante el Ayuntamiento, algunas de ellas supuestamente falseadas.

El testigo relató con todo detalle ante los investigadores las maniobras de Cursach para hundir Level, un local nocturno próximo a Tito's. El hombre explicó que entre diciembre de 2007 y enero de 2008 recibió una llamada de Fernando P., uno de los colaboradores de Cursach al que conocía desde hacía tiempo. Según su declaración, Fernando P. sabía que el testigo tenía problemas económicos y que quería abrir un negocio en el Marítimo. Le citó en las oficinas del Grupo Cursach y le hizo una propuesta: "Haz como que vives en el Marítimo y llama a la Policía diciendo que tienes molestias por ruidos. También deberás presentar una serie de quejas ante el Ayuntamiento contra Level". El falso vecino dice que le engañaron, haciéndole creer que los propietarios del establecimiento eran "unos mafiosos", y que él mismo se beneficiaria cuando abriera su propio negocio.

Fernando P. le entregó entonces 3.000 euros en dos pagos. Dos días después el hombre empezó a llamar a la Policía Local para que fuera a Level por las molestias que le causaban los ruidos, pese a que el testigo confesó que nunca ha vivido en el Marítimo. Según su declaración, Fernando P. le llamaba para que fuera a recoger los escritos que debía entregar en el Ayuntamiento. Tras presentar la segunda reclamación, empezó a pensar que lo que hacía no era legal y así se lo hizo saber a su contacto en el Grupo Cursach. Fernando P., le replicó entonces: "Tolo Cursach y Tolo Sbert están muy contentos con lo que estás haciendo".

Ante las dudas de este falso vecino para seguir colaborando, Fernando P. le convenció para que firmara un poder notarial. Al parecer, este documento fue utilizado para seguir presentado quejas en Cort contra Level a espaldas del testigo. Según dijo, muchos de los documentos que figuran en el expediente no los firmó él. El hombre explicó también que cuando pidió que dejaran de utilizarle, Fernando P. le ofreció otros 5.000 euros. Los investigadores comprobaron que en el expediente contra Level figuran 28 escritos presentados por este testigo por las molestias que decía sufrir. En algunas de estas quejas, el falso vecino daba como dirección un piso del Marítimo que, según comprobó la Policía, es propiedad de Bartolomé Cursach. La terraza de Level fue clausurada a consecuencia de estas reclamaciones-

El testigo consiguió abrir su propio establecimiento en la zona y al principio le iba bien. Pero dos años después fue citado a declarar en un juicio por las denuncias presentadas a su nombre. Se negó a testificar contra Level y empezó entonces a recibir continuas visitas por parte de la Patrulla Verde. Sus trabajadores se marcharon a negocios de Cursach y tuvo que cerrar.