Durante los primeros ocho meses de este año se han vendido en Baleares 11.000 viviendas, una cifra redonda que supone un crecimiento del 18,2% respecto al año anterior, pero que refleja un cambio radical en la situación del mercado inmobiliario de las islas respecto a lo que sucedía antes de la crisis: este aumento se sustenta exclusivamente en la demanda de inmuebles de segunda mano.

Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística, entre enero y agosto de este año se han adquirido en el archipiélago 9.065 viviendas usadas y 1.935 de nueva construcción. Lo destacable no es solo la enorme diferencia que existe entre ambas categorías (antes de la crisis estaban más equilibradas), sino que además esa brecha no deja de aumentar, ya que la venta de las primeras está creciendo a un ritmo del 25,2% respecto al pasado año, mientras que las segundas descienden un 6,3%.

Respecto al dato de agosto, durante ese mes se han vendido en Baleares 1.394 viviendas, con un crecimiento del 8,1% en relación al mismo mes de 2016, una tasa que en este caso es la mitad de la media estatal, de un 16%. De éstas, 1.163 fueron de segunda mano y 231 nuevas.