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Entrevista

Alfredo Serrano: "Se exagera la contribución de los cruceristas a la posible saturación de Palma

El ejecutivo pone de ejemplo Miami que, con un número de habitantes similar a Palma, gestiona "perfectamente" cinco millones de movimientos de cruceros al año: tres veces más que Ciutat

-¿Cuáles son las previsiones para la industria de cruceros?

-Continuar creciendo, la industria funciona muy bien. Los barcos siempre están llenos así que cualquier crecimiento se da porque se producen nuevos barcos, la cartera de pedidos es muy grande. En los próximos diez años se van incorporar nuevos barcos, algunos sustituirán a otros en activo, y en total se prevé un aumento del 40%. Habrá un crecimiento y una renovación significativos.

-¿Qué volumen de negocio genera ?

-En España el gasto vinculado a la industria de cruceros es de 1.300 millones al año. Hay 29.000 personas con un trabajo vinculado a la industria de cruceros.

-En el caso de Mallorca, ¿cuáles son las previsiones?

-Continuar invirtiendo en el destino, es muy querido por los pasajeros. También queremos contribuir a mejorar la temporada baja.

-¿Derivar a invierno barcos que vienen en verano o aumentar los barcos en general y que lleguen más invierno?

-Para Balears queremos un crecimiento en las dos direcciones: en temporada baja y en número de cruceros que tengan Mallorca como puerto base, no como escala. Que un destino sea puerto base, de entrada y salida de los pasajeros, es lo más anhelado por los destinos, tienen los beneficios directos y los indirectos: mejora la conectividad aérea, lo que repercute en varios ámbitos; puede implicar que los pasajeros alarguen su estancia quedándose en hoteles...

-En agosto de 2016 llegaron a Palma, ciudad con algo más de 400.000 habitantes, siete cruceros con más de 25.000 personas. La mayoría de estos cruceristas se concentran en las mismas zonas ¿Comprende que exista sensación de saturación en las zonas céntricas?

-Somos conscientes de que existe esta preocupación, pero el mayor puerto de cruceros del mundo es Miami, que tiene 5 millones de movimientos de cruceristas y gestiona eso perfectamente, cuando su dimensión de habitantes es muy similar a la de Palma, donde cada año hay 1,6 millones de movimientos. En Son Sant Joan el pasado puente de agosto hubo 770.000 movimientos, ¡en solo cinco días! Además hay que distinguir entre el crucerista que está en tránsito y el que tiene Palma como puerto base. Y ese día de los siete cruceros estoy seguro de que la mayoría estaba en camino del barco al aeropuerto o viceversa, y pagando un montón de tasas y cosas por el camino. Y esos no van al centro. Luego muchos se quedan unos días antes o después del crucero, usando la capacidad hotelera de la isla pero no incrementándola. La posible contribución a la congestión del crucerista que está usando el puerto como puerto base es prácticamente nula.

-¿Pero y el resto, los que hacen escala? Insisto porque los días con tantos cruceros es un hecho que el centro se abarrota.

-El año pasado hubo un pico en mayo y yo estaba aquí y lo que me decía la gente es que Palma no se enteraba. Los cruceristas son un número pequeño de turistas en comparación con el número total de turistas que recibe la ciudad, no creo que marque una gran diferencia. No digo que no contribuyamos, pero se sobredimensiona. Hay otros factores, como que el día esté nublado.

-El vicepresidente y conseller de Turismo, Biel Barceló, planteó limitar el número máximo de cruceros por día ¿Les parecería adecuado? Hasta podría beneficiarles ya que a sus clientes quizás les apetezca visitar el destino con menos gente, menos colas...

-Hay un director de una compañía de cruceros que siempre dice: "Los barcos no se meten en el Borne, no son los que entran en la Catedral". Los cruceristas son turistas como todos los demás. No me corresponde a mí participar en el debate de cuál es el número óptimo de turistas para un ciudad. Lo que sí creo es que se debe hablar de turistas, y no considerar si vienen en avión, en coche de alquiler o en barco.

Tomar medidas únicamente contra un sector, quizás porque es un poco más visible, no es oportuno. Si analizamos los números de cuántas de las personas de los barcos están en la ciudad tampoco son tan altos. Nosotros no somos más que un método de transporte y no entendemos que se nos trate de manera diferente, como esta ocurriendo por ejemplo con la ecotasa. Somos el único medio de transporte gravado.

-Es un medio de transporte que a la vez es un alojamiento.

-Pero aquí está funcionando como medio de transporte, el alojamiento no está en el territorio.

-Cuando atraca, está en el territorio.

-Pero no está consumiendo recursos del territorio. Viene preparado para gestionar todos sus residuos...

-¿No descargan residuos cuando llegan a puerto?

-Sí, pero con un nivel de tratamiento ya hecho altísimo, totalmente segregados... Y se paga por esa descarga de residuos. Cualquier persona viene en otro medio de transporte y no se le grava. Balears es de los pocos destinos que sigue gravando a los cruceros.

-¿Cómo ha sido este primer año de cobro del impuesto?

-Lo están absorbiendo las compañías, que no están satisfechas, por decirlo de una manera suave; pero los clientes no lo han notado.

-Volviendo al consumo de recursos en el territorio. Para la ciudad supone un esfuerzo, por ejemplo, en limpieza.

-No creo que los cruceristas marquen la diferencia.

-¿Cuánto dinero deja de media un crucerista en destino?

-Sé que desde Puertos de Baleares se está acabando un estudio sobre este tema. En otros puertos el gasto medio de un crucerista es de 80 euros si es operación de puerto base y 60 euros si está en escala. Pero esta cifra no muestra toda la foto: un turista que llega en avión y está un hotel solo deja lo que ha gastado; en cambio en cruceros el turista consume, pero además el barco también consume. Se aprovisiona, recibe una serie de servicios, paga unas tasas... En España, por cada euro que gasta un crucerista, la compañía de cruceros está gastando 80 céntimos más en el destino. Y eso parece que no se ve. Hay cosas más visibles, como la concentración de siete barcos, que otras, como el empleo que crea.

-Es que son barcos muy grandes y visibles.

-Prefiero ver los yates del club náutico o cruceros que un barco descargando mercancías. Se ha buscado que sean visibles y acercarlos a la ciudad y creo que es oportuno. Afortunadamente hay muchas ciudades que quieren más cruceros como Alcúdia o Maó, donde hay mucho recorrido; en Europa; y en el mundo: Asia ya es el segundo mercado del mundo y en los próximos años habrá un gran crecimiento en EEUU. Muchos barcos nuevos acabarán ahí.

-¿Han solicitado a la Autoridad Portuaria de Balears o han mostrado interés en la ampliación del puerto de Palma o de otros?

-Eso le corresponde a la Autoridad Portuaria decidirlo. Luego es cada compañía la que tiene sus políticas comerciales y negocia o actúa, no se hace desde la asociación.

-El pasado verano visitó Palma un representante de la organización ecologista alemana Nature and Biodiversity Conservation Union (NABU), Daniel Rieger, para denunciar la contaminación que suponen los cruceros. Entre otras cosas, dijo que cada crucero contamina igual que un millón de coches. Otro dato, en referencia al Harmony of the Seas, el crucero más grande del mundo: emite el mismo dióxido de carbono que 83.000 coches.

--Nunca han hecho público el estudio en el que se basa ese cálculo ni la fuente. Es un grupo medioambiental que nunca publica sus estudios, es complicado rebatirlo. Las compañías no medimos la posible contribución de impacto medioambiental en coches. Lo que sí puedo decir es que la flota mundial cruceros es de 230, contra una flota de transporte marítimo de 50.000: menos del 0,5%. En Barcelona, puerto líder de cruceros de Europa, las escalas de cruceros representan un 5% del total del transporte marítimo. Los cruceros son muy grandes, pero entran y salen muchos más barcos y a esos no se les cuestiona tanto. No digo esto como excusa. Al contrario: las compañías de cruceros se encuentran a la vanguardia de protección ambiental. Hay un respeto muy escrupuloso a la normativa y el transporte marítimo, en contra de lo que se suele creer, tiene una enorme regulación en temas de seguridad y medioambientales. Las revisiones, internas y externas, son continuas.

Respecto a la contaminación atmosférica que es lo que más puede afectar a un puerto como Palma: la UE recoge las infracciones cometidas en ese sentido en un libro cada año. En 2014-2015 se produjeron 5.000 infracciones leves, y de esas solo 5 eran de cruceros. Y de las 80 infracciones grave, ninguna era de cruceros. Y cumplimos más allá de la normativa: a nivel internacional se permite que residuos como el agua de la ducha sea descargado a determinada distancia de la costa y siempre estando en movimiento, pero la política de las compañías es no descargar ningún líquido al mar que no haya sido tratado. El otro 99,5% del transporte marítimo no sigue esta política voluntaria.En cuanto a residuos plásticos, no se permite descargar y no solo cumplimos con eso sino que vamos más allá.

-Se cuestiona el combustible que usan los cruceros.

-Hay varias compañías pioneras que están invirtiendo mucho en el uso del gas natural licuado, aunque para eso hace faltan infraestructuras preparadas. El primer barco que funcionará totalmente con este combustible entrará en funcionamiento el año que viene y hay otros 14 más en construcción. Además el 30% de la flota mundial, se están dotando de sistemas de lavado de gases.

Te pongo el último ejemplo: el año pasado se hizo público un estudio sobre la contribución del puerto de Barcelona en la contaminación de la ciudad. Ese estudio realizado por la Politécnica y el CSIC decía que la aportación de los cruceros al óxido de nitrógeno en la ciudad era como mucho el 1,2% y el 0,2% de las partículas en suspensión.

-No usemos la comparación de los coches: ¿de media, cuánto toneladas de dióxido de carbono emite un crucero?

-No tenemos este dato. Depende de muchas cosas, de cuánto tiempo está navegando; la capacidad; y sobre todo la velocidad. Si hablamos de dióxido de carbono a partir de determinada velocidad las emisiones aumentan exponencialmente. En 2002 las rutas se hacían a 18 nudos, ahora a 13 o 14 nudos como máximo.

-Reiger también señaló que cada año mueren en Europa unas 50.000 personas por la contaminación de los barcos, y citó fuentes de la UE.

-Pero habla de los barcos en general, mezcla el shipping con los cruceros. Coge una parte y la responsabiliza de un todo. Las compañías de cruceros están haciendo mucho, los que más, pero son los que reciben los mayores palos.

-Barcelona es el principal puerto de crucero de Europa. Con la incertidumbre que reina ahora mismo respecto a la situación de Cataluña, ¿hay compañías que se estén planteando trasladarse? ¿Podría ser Mallorca una alternativa?

-Cada compañía hace sus planes y seguramente habrá algunas que lo están considerando, mirando la situación con inquietud. Barcelona es el primer puerto de Europa y cualquier incertidumbre genera dudas en un sector que es muy conservador y busca estabilidad. No sólo por algo tan destacado como una posible independencia, también por un marco impositivo que cambia continuamente.

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