Aseguran en el Govern, y también en su entorno más cercano, que el vicepresidente Biel Barceló está muy afectado por la vorágine judicial que está azotando a su conselleria. No esperaba que el caso Garau pudiera salpicar en forma de querella criminal a uno de sus más estrechos colaboradores. Todo ello, justo unos días después de que su directora general de Turismo, Pilar Carbonell, saliera en el sumario del escabroso caso Cursach. Barceló cuenta con dos patatas calientes que resolver y, según la decisión que tome, los casos que ahora afectan a sus colaboradores pueden arrastrarle también a él. Según gente cercana, ello le afecta anímicamente.
En el Consolat no entienden cómo Carbonell llamó a Sbert
En el Consolat no dan crédito a cómo la directora general de Turismo, Pilar Carbonell, devolvió la llamada al número dos de Cursach, Bartomeu Sbert, para informarle de la tramitación de su informe. Aseguran que la falta de experiencia política provocó que no calibrara las consecuencias de hablar por teléfono con Sbert cuando hacía meses que se sabía que los estaban investigando.
Incluso algunos miembros destacados del Consolat, tras leer la conversación, han asegurado que lo mejor para no perjudicar al Govern es que dimitiera o fuese destituida.
