Algunos policías locales de Palma tenían hilo directo con los políticos, según se desprende del sumario del caso Cursach, cuyo secreto se levantó la semana pasada. Un agente, que figura como testigo en el macroproceso, explicó a los investigadores que en una ocasión, en abril de 2012, estando junto a Carlos V., uno de los policías que figuran entre los principales encausados, este recibió una llamada en su teléfono particular en la que le decían que fuera de inmediato a la plaza de la Llonja, en Palma, porque había "un acto oficial con el señor Bauzá", en esos momentos el presidente del Governy no se podía consentir, en referencia a la presencia de numerosos vendedores ambulantes en la zona.

Según el testigo, Carlos V. indicó de forma inmediata a sus compañeros: "Vamos a La Lonja cagando leches, está lleno de negros vendiendo cosas y hay un acto oficial del señor Bauzá".

Una vez llegaron al lugar, luego Carlos V. habló con José María Rodríguez, expresidente del PP de Palma. Según manifestó el testigo, en la zona de La Llonja hay otros policías y podían haber acudido, por lo que le llamó la atención que se llamase al teléfono móvil particular de Carlos V. para que se movilizara el GAP (Grup d'Actuació Preventiva) de la Policía Local de Palma.

Uno de los subgrupos de esta unidad estaba formado por varios agentes afines al PP, que contaban con una fluida relación con políticos como José María Rodríguez, Álvaro Gijón o Guillermo Navarro, según se desprende de las pesquisas de la 'Operación Sancus'. Precisamente, los propios policías locales de Palma alardeaban de sus contactos. "No tenemos ningún problema con el enano de Cort" o "mientras esté el enano en Cort a nosotros no nos van a tocar", indicaban los agentes, según recoge la investigación en referencia a Álvaro Gijón, quien presuntamente tenía "mucho interés" en el GAP. Así, como otras frases en alusión a José María Rodríguez, expresidente del PP de Palma y exdelegado del Gobierno en Balears: "El Rodri nos lo arreglará todo".

Según uno de los testigos, durante un verano en primera línea pasó Álvaro Gijón y hubo un saludo "superefusivo" con Tomás M., uno de los agentes investigados, y ambos se dijeron: "Ya nos veremos, tenemos que quedar".

Los dos magistrados instructores del caso destacan en varias de sus resoluciones que determinados policías locales de Palma actuaban libremente y con impunidad. Los dos jueces coinciden en sus respectivos autos que los políticos no perseguían a los policías corruptos, sino que los aupaban y los promovían. Mientras que los agentes que trataban de denunciar las corruptelas, eran castigados abriéndoles expedientes o cambiándolos de destino.