Los presidentes de las asociaciones de restauración de Mallorca y de salas de fiestas y discotecas de Balears, Alfonso Robledo y Jesús Sánchez respectivamente, optaron ayer por levantarse de la mesa y abandonar la reunión en la que se negociaba el convenio de hostelería, y anunciar que bajo ningún concepto van a suscribir un acuerdo que supone un aumento de los salarios del 17% en cuatro años, alegando que este porcentaje es inasumible para sus respectivos sectores, compuestos en muchos casos por "microempresas". Es más, ambos anunciaron que van a analizar la forma de poder salir del convenio que les vincula a los hoteleros, aunque de momento están obligados a acatarlo.

La protesta de los representantes de la restauración y del ocio nocturno fue idéntica: se consideran invitados de piedra a los que no se ha dejado participar en las negociaciones, hasta el punto de reconocer que se habían enterado del contenido del acuerdo a firmar a través del avance publicado por Diario de Mallorca. Además, aseguraron que los ingresos que están consiguiendo las empresas que representan no son comparables con los de los hoteleros, por lo que una subida salarial del 17% en cuatro años puede conllevar el cierre de una parte de sus negocios.

El conseller de Trabajo, Iago Negueruela, lamentó la pretensión de ambas patronales, al considerar que el objetivo es integrar dentro de pacto y no que haya sectores que se descuelguen. En cualquier caso, advirtió de que la subida salarial acordada ayer debe de ser respetada por todas las empresas de estos sectores, y subrayó que su cumplimiento puede ser vigilado a través de las cotizaciones a la Seguridad Social de los empleados, a lo que se suma las denuncias que se puedan hacer desde los sindicatos.

La secretaria general de CCOO-Servicios, Silvia Montejano, y el secretario de Acción Sindical de UGT-Servicios, José García, también fueron muy críticos con la actitud de los dos responsables empresariales antes señalados e incluso la propia presidenta de la patronal hotelera mallorquina, Inmaculada Benito, consideró que Robledo y Sánchez se podían haber implicado más en la negociación con la presentación de propuestas, argumento respaldado por la responsable de CCOO.

Pero el más duro fue José García, al acusar a los sectores de la restauración y del ocio nocturno de protagonizar el mayor volumen de fraudes laborales, con casos que han implicado intervenciones policiales, al tiempo que recordó que los salarios que se fijan en el convenio de hostelería son más bajos para los empleados de los restaurantes y discotecas que para los de las empresas de alojamiento, lo que supone reconocer sus características especiales.

El representante de UGT se mostró especialmente indignado con el hecho de que ambas patronales aleguen que sus empresas no pueden asumir esas subidas, y recordó que las asociaciones empresariales del comercio tradicional, formadas también por pequeñas empresas, han aceptado recientemente aplicar una considerable mejora salarial.