Los sindicatos UGT y CC OO y la patronal hotelera no han tirado aún la toalla, y se mantienen las conversaciones para intentar buscar un principio de acuerdo sobre el convenio más importante de las islas antes de que acabe el año. Sin embargo, los representantes de los trabajadores reconocen que no es tarea fácil, y que "por dos veces hemos estado apunto de alcanzar el pacto, pero las dos veces se nos ha escapado de las manos a causa de las divisiones internas entre empresas del sector", según señala uno de los responsables sindicales.

La afirmación que se hace desde UGT y CC OO es tajante: a fecha de hoy, las conversaciones se mantienen, con Inmaculada Benito como interlocutora. Pero ésta dejará a partir de la próxima semana la presidencia de la federación hotelera. Eso explica también que se haya querido dar un acelerón a estos contactos, porque el nuevo responsable de la patronal va a ser, al menos hasta la convocatoria de elecciones, Gabriel Llobera, presidente también de la asociación de Platja de Muro y uno de los que prefiere esperar a que el convenio se negocie durante el próximo año sin asumir previamente importantes incrementos salariales.

En esta partida se ha mantenido un juego a tres bandas, porque también desde el Govern se han hecho gestiones para intentar conseguir un preacuerdo este mismo año. Hay que tener en cuenta que el convenio de hostelería afecta a unos 130.000 trabajadores, lo que lo convierte en el más importante de Balears y además tiene una enorme capacidad de arrastre a la hora de negociar las condiciones laborales de otros sectores.

El secretario de Acción Sindical de UGT-Servicios, José García, expresó ayer la confianza de su sindicato en conseguir un "buen" principio de acuerdo con las patronales antes de que termine el presente año, lo que evitaría el tener que denunciar el convenio actual que concluye en marzo de 2018 e impediría que la negociación se acercara a la próxima temporada turística, con las fuertes tensiones que eso suele conllevar.

García hizo estas declaraciones durante la asamblea de trabajadores de hostelería celebrada ayer en la sede de este sindicato.

Batería de asambleas

Porque tanto García como la secretaria general de CC OO-Servicios, Silvia Montejano, coinciden en que de momento no parece fácil que se pueda cerrar un acuerdo con los hoteleros a la vista del rechazo que mantienen algunas cadenas de tamaño medio. Por ello, la estrategia pasa ahora por convocar a todos los delegados y a los trabajadores que quieran asistir a estas reuniones para escuchar sus demandas antes de que concluya la temporada turística y muchos de ellos partan a sus comunidades autónomas de origen. Al respecto, la representante de CC OO recuerda que el nuevo convenio comenzará a negociarse, si no hay un principio de acuerdo anterior, en marzo, y todavía no se habrán incorporado a los hoteles la totalidad de las plantillas. Por lo que es ahora cuando se tienen que abordar los puntos prioritarios.

Tanto García como Montejano coinciden en la elevada participación que se están encontrando y en que las demandas de las plantillas se centran en dos puntos básicos: la exigencia de una fuerte subida de los salarios y de que se reduzcan unas cargas de trabajo que se califican de "intolerables".

Todos son conscientes de que la marcha de Inmaculada Benito y su relevo temporal por Gabriel Llobera supone un cambio en las condiciones de juego, pero el representante de UGT asegura que "no nos da miedo cambiar de interlocutor o esperar a enero para reabrir las negociaciones", especialmente, según se asegura, tras ver las ganas de dar la batalla de los asistentes a estos encuentros.

Sueldos y plantillas

Los sindicatos no facilitan por ahora datos sobre la subida en las retribuciones que van a plantear, pero nunca se ha ocultado que pretende que sea de dos dígitos al concluir la vigencia del futuro convenio.

Pero también se hace especial hincapié en que se va a exigir de los empresarios un aumento de las plantillas para reducir así unas cargas de trabajo excesivas que, según se subraya, están poniendo en peligro la salud de muchos trabajadores.

Y hay un aspecto sobre el que se hace hincapié. Un acuerdo antes de que concluya el año supone eliminar cualquier posible tensión laboral antes de que se inicie la próxima temporada alta, y muy especialmente evita que la amenaza de huelga se ponga sobre la mesa, algo que pone muy nerviosos a los mercados emisores a medida que se acercan los meses del verano.