Más de 3.000 personas se manifestaron ayer por las calles de Palma en la primera manifestación multitudinaria contra la política turística del Govern. Con el lema Fins aquí hem arribat [Hasta aquí hemos llegado], los manifestantes, convocados por los grupos ecologistas, exigieron "medidas valientes y rupturistas" al Pacto de izquierdas para poner fin a la saturación turística que en los últimos veranos ha vivido Mallorca.

Los organizadores de la plataforma 23-S, que aglutinaba hasta 52 entidades encabezadas por el GOB, Terraferida o Ciutat per qui l'habita, pensaba que 5.000 personas "serían todo un éxito". El reto, que muchos veían difícil por haber acabado ya la temporada, por la dificultad de explicar el tema y por las reticencias de parte de la izquierda a manifestarse en contra del Govern de izquierdas, estuvo cerca de conseguirse. Más de 3.000 personas recorrieron Palma desde la Plaza España hasta el Passeig des Born pasando por el carrer Sant Miquel y por Cort.

Aunque precisamente por eso, para evitar que no acudieran gran parte de las bases de la izquierda, especialmente de Més -que controla la conselleria de Turismo-, los organizadores habían tratado de enviar el mensaje en las últimas semanas que "no era una manifestación contra el Govern", ayer la portavoz de la plataforma 23-S y del GOB, Margalida Ramis, inició la manifestación denunciando que, en estos dos años, el Govern no ha apostado por un cambio de modelo económico y turístico "con la contundencia que nos hubiera gustado". "Pero quedan otros dos años para sentar las bases para un cambio de modelo y para que ofrezcan alternativas", puso deberes al Govern la portavoz de la manifestación.

Además, se vio alguna pancarta con el rostro del vicepresidente Biel Barceló (Més). En un imagen montada se podía ver al responsable de Turismo del Govern sujetando un cartel con el mensaje Bon vent turisme sostenible en lugar de su Benvingut turisme sostenible [Bienvenido turismo sostenible]. Durante la manifestación se oyeron consignas de "Fuera de aquí AirBnb" y en el manifiesto final también se criticó duramente el proyecto del desdoblamiento de la carretera Llucmajor-Campos aprobado por el Consell.

Sorpresa entre los turistas

Los turistas, que siguen llenando Palma, mostraron su interés por la protesta. Se repitió la escena de manifestantes explicando en inglés a turistas por qué se estaban manifestando. "Yo soy turista", respondía un holandés con cierta incredulidad, si bien la mayoría asentía. Incluso algunos tomaron fotografías de la manifestación como una atracción turística más.