Fue visto y registrado por primera vez en el Mediterráneo allá por 1837. Y ahora, en 2017, tras 180 años sin saber nada de él, los científicos han localizado al dragoncillo reticulado en las aguas de Balears: sigue en el marenostrum.

Así lo confirmaron ayer investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y del Museo de Historia Natural de Stuttgart, que han identificado numerosos individuos del dragoncillo reticulado ( Callionymus reticulatus) en aguas del archipiélago.

El Callionymus reticulatus es el nombre científico de un pequeño pez de la familia de los callionímidos, de hábitos bentónicos y cuya presencia es ampliamente conocida en el Atlántico, desde las costas del Sáhara hasta Noruega. Esta especie fue descrita por Valenciennes en 1837, a partir de un ejemplar del Mediterráneo, ahora desaparecido, recogido en un lugar indeterminado frente a las costas de Málaga. Hasta ahora, esta descripción original era la primera y única cita de la especie en el Mediterráneo.

Los expertos han identificado numerosos ejemplares en los fondos de Balears y han constatado que parece ser bastante frecuente y abundante entre los 40 y 70 metros. Por debajo de esta profundidad, se distribuye la especie Callionymus maculatus, muy parecida y de fácil confusión, que puede llegar a más de 250 metros.

Este hallazgo supone ampliar en más de 700 kilómetros el área de distribución de este pequeño pez y "se contribuye a mejorar el conocimiento de la biodiversidad del Mediterráneo, un aspecto básico en un área amenazada por la sobrepesca, la pérdida de hábitats, la contaminación, la aparición de especies invasoras y el aumento de la temperatura del agua, debido al cambio climático, entre otros factores", según apuntó, Xisco Ordines, autor del estudio.