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Educación

El rumano que ganó las Olimpiadas de Catalán

Llegado con seis años, David Budau es un caso de éxito, esfuerzo e integración: ahora empezará Medicina con un expediente de 12,7

David Budau, en una imagen tomada en la plaza de España. m. mielniezuk

­Un día un profesor le preguntó a David Budau por qué en la lista de clase solo figuraba con un apellido: "Es que nosotros solo usamos uno", contestó. El docente le preguntó a quién se refería cuando decía ´nosotros´ y la respuesta le dejó muerto: "Los rumanos".

El docente cortocircuitó cuando se enteró de que ni el catalán ni el castellano eran la lengua materna de este aplicado chaval de cuidado vocabulario, que aterrizó en Mallorca con seis años y sin tener nociones de las lenguas cooficiales.

Budau, el último ganador de las Olimpiadas de Catalán de la Universitat y con un expediente de 12,78 en Bachillerato, es un caso de éxito del sistema público de enseñanza; del apoyo de una familia que cree de forma clara en la importancia de la formación de sus hijos; de la integración; de la superación y el esfuerzo.

Sus padres vinieron a visitar a sus hermanos que ya estaban instalados aquí y decidieron mudarse también y probar suerte. Él tiene un negocio de construcción y ella limpia en varias casas. David llegó en 2005 y empezó 1º de Primaria en el colegio de Son Ferriol. Recuerda que iba a clases extra de catalán con otros alumnos de fuera y el castellano lo iba estudiando por su cuenta "por internet".

Como se han mudado varias veces de casa, ha cambiado mucho de colegio: pasó por el Gabriel Janer Manila del Pla de Na Tesa; el IES Marratxí; el Sant Antoni Abad y concluyó el pasado junio el Bachiller en el Sant Josep Obrer, al que se cambió al enterarse de que "es muy cañero" ya que quería prepararse muy bien para Selectividad y tener nota para entrar en Medicina y cumplir su sueño.

"Siempre lo hemos hecho todo por su bien, hemos tratado de escoger siempre los mejores colegios", explica su madre, Irina, que desborda orgullo cuando lo mira. En su casa siempre le han fomentado el estudio y le han facilitado el camino, aunque a David no le hacía falta mucho estímulo: "Me gusta estudiar, no lo hago forzado y no me cuesta", explica.

¿Es David un ejemplo de alumno de altas capacidades? "Nos hicieron una prueba y salí por encima de la media, pero con eso no se puede decir si eres muy listo o no, no se tienen en cuenta los distintos tipos de inteligencia", argumenta.

Ganador de varios premios

Ha ganado varios premios, de catalán y de inglés. En el Sant Antoni Abad ganó un concurso de Dites Mallorquines i Gloses ("una cosa pequeñita"). Hace cinco años, cuando estudiaba 1º de ESO, fue el vencedor de toda Balears en el cuarto concurso interescolar Fonix. El premio fue asistir gratis a un campamento en inglés en Inglaterra con todos los gastos pagados. Antes de llegar a España, su abuela, a quien estaba muy unida ya se preocupó de llevarse a clases extraescolares de inglés.

Además de hablar rumano, castellano, catalán e inglés, David ha estudiado cuatro años de alemán. (también toca el clarinete y, por su cuenta, estudia piano).

¿Le supuso un sobreesfuerzo llegar y encontrarse con dos lenguas cooficiales? En su caso, no. Señala además que a él le gusta estudiar en catalán y que no cree que haya una presencia exagerada de esta lengua en el horario escolar: "No veo razón para que haya gente que se queje de eso, hay facilidades y además si no se entiende algo se dice y se explica en castellano", opina. Lo que sí cree que falla del sistema educativo es que hay demasiada variedad de asignaturas y que en los últimos cursos, cuando los alumnos ya saben qué quieren estudiar, a veces se les hace cursar materias que no les interesan y "les amargan". Concluye que el Bachillerato "habría que replanteárselo".

Bromas por ser rumano

David y su madre son conscientes de que los rumanos no siempre tienen buena fama en España por una serie de prejuicios y él lo ha vivido con algunas bromas que le hacían compañeros de colegio: de "tu no eres buen rumano porque sacas muy buenas notas" a "si eres rumano qué haces estudiando, vete a robar cobre". Él ignoraba estas frases e iba a lo suyo: estudiar para entrar en Medicina y especializarse después en cardiología o neurología.

Su nota de Selectividad le ha dado para elegir dónde hacerlo. En primeras listas logró plaza en la Autónoma de Barcelona y en la Complutense de Madrid, pero en segundas listas también fue admitido en la UIB y se decantó por la universidad balear.

Además de tener la matrícula de primero pagada por haber ganado las Olimpiadas de Catalán, cree que allí recibirá una buena formación: "No veo justificadas las críticas que hacen a la UIB, aquí puedes formarte bien".

¿Su secreto? Él, humilde, no sabe qué contestar. Lo hace su madre: "Capacidad y voluntad".

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