Thomas Cook, gigante británico de la touroperación, quiso mandar este miércoles una advertencia clara a los bufetes de abogados que están fomentando que los turistas prensenten reclamaciones de daños a los hoteles en base a intoxicaciones alimentarias falsas. Para que no quedaran dudas del compromiso de la empresa, se encargó de encabezar el acto el presidente del touroperador, Peter Fankhausen, que advirtió de que llevan meses reforzando los equipos, sistemas y protocolos de detección de este tipo de fraude. “Hemos puesto en marcha sistemas para que sea más facil que nunca para el cliente informar en el hotel de una enfermedad real, poniéndonos a su disposición para ayudarles en esos casos, pero también hemos dejado claro que no pagaremos ninguna compensación por enfermedad si no se informa en el hotel”, detalla Fankhauser, que asegura que han aumentado su equipo legal para combatir “reclamaciones deshonestas”.

También trabajan sobre el problema en los propios hoteles. Respaldado en el evento por los primeros ejecutivos de su grupo y por los presidentes patronales de los hoteleros españoles y mallorquines, el líder de Thomas Cook comentó que ya han empezado a documentar si cada cliente come o no en el hotel, del mismo modo que a través de las camareras de piso comprueban si alguien está enfermo en su habitación. Con eso, “y con lo que vemos de sus vacaciones en redes sociales como Facebook estamos logrando parar muchas reclamaciones: podemos demostrar que cuando dicen que estaban enfermos en realidad estaban disfrutando en la playa”.

El despliegue de Thomas Cook recibió el elogio de Juan Molas, presidente de los hoteleros españoles, que le agradeció el compromiso en la lucha contra esta estafa, así como su apoyo a la hora de presionar para mejorar el marco legal y dificultar el fraude. En este sentido, Fankhauser apuntó que ya han logrado que el Gobierno del Reino Unido limite los honorarios que cobran los abogados especializados en estas falsas reclamaciones.

El presidente de Thomas Cook se declaró contrario a una subida de ecotasa en las islas. Razonó que es un sobrecoste para las familias, que en condiciones de idéntica calidad podrían optar por ir a otros destinos. Menos le preocupan las subidas del 60% en los precios hoteleros en los últimos años, que, a diferencia de la tasa turística, entiende perfectamente justificadas: “La única forma de seguir manteniendo la demanda alta que tiene Baleares es por la vía de calidad. Y eso es lo que yo pido a nuestros socios hoteleros, que sigan por esa vía. Si lo hacen y mejoran, los clientes estarán dispuestos a pagar más”.