El BOIB publicó ayer una resolución del director general del Ibsalut, Juli Fuster, por la cual se dispensaba de los conocimientos de catalán exigidos para el acceso a plazas de médicos, enfermeros y farmacéuticos, una decisión que provocó de inmediato el rechazo de Més, socios el PSOE en el Govern. Por la tarde, a las pocas horas, el Ibsalut anunciaba que modificaría esta resolución para "adecuarla a los criterios de fomento del uso de la lengua propia", aunque no aclaraba en qué términos. Més había pedido explicaciones ayer por la mañana al Govern, nada más leer la resolución en el BOIB, así como el informe del director de Recursos Humanos y Relaciones Laborales del Servei de Salut que justificaba la decisión de dispensar de los requisitos de capacitación lingüística a estos profesionales.

El Pacto, con el apoyo de El Pi y el rechazo de PP y Ciudadanos, aprobó en el Parlament el 31 de marzo del pasado año la modificación de la Ley de la Función Pública balear con el fin de que el catalán volviera a ser un requisito en el acceso a la administración autonómica, después de que el PP cambiara la Ley en la pasada legislatura para que fuera sólo un mérito.

Con la modificación se preveía que se pudieran establecer excepciones en la obligatoriedad del conocimiento del catalán en el acceso a la administración autonómica cuando la prestación asistencial pueda por ejemplo resultar afectada por la insuficiencia de profesionales, algo que está contemplado para casos excepcionales según recordó Antoni Reus, diputado de Més. "Lo que han hecho con esta resolución es convertir en norma general para médicos y enfermeros lo que estaba previsto como excepcionalidad", declaró Reus quien dejó claro que exigirían la retirada de esta resolución.

Marcha atrás

Més no tuvo que esperar mucho. A media tarde, el Ibsalut, a través de un comunicado, anunciaba que en el próximo BOIB se publicaría la modificación, con el fin de "disipar cualquier duda sobre la voluntad del Govern de facilitar que los usuarios de la red sanitaria pública puedan ser atendidos en catalán". La nueva resolución "dará más peso al conocimiento del catalán a la hora de contratar" y "se adecuará a los criterios lingüísticos de los acuerdos de gobernabilidad", suscritos por PSOE, Més y Podemos, y "al futuro decreto regulador en esta materia". De este modo el Servei de Salut reconocía implícitamente que la resolución publicada ayer no se ceñía a los criterios del Pacto.

En el comunicado, además, aclaraba que la nueva resolución que se publicará en el próximo BOIB será "transitoria" mientras el Servei de Salut y la dirección general de Política Lingüística del Govern trabajaban en el decreto para desarrollar la Ley de la Función Pública aprobada el pasado año, con el catalán como requisito.

El proyecto de decreto que se dio a conocer a principios de este año ya provocó un conflicto en el Pacto al contemplar una moratoria de dos años en la exigencia del conocimiento del catalán, lo que permitiría que el personal sanitario que deseara trabajar en el Ibsalut (gestionado por el PSOE) no tuviera que acreditar el manejo del catalán hasta finales de la legislatura, una cuestión que Més consideró ya entonces "inasumible".

Así, cuando ayer Més leyó la resolución que eximía del catalán a médicos y enfermeros llovía sobre mojado. La publicación ayer en el BOIB sirvió además para que PP y Ciudadanos arremetieran contra el Govern de Francina Armengol. "Ha quedado demostrado que el Govern sólo pretendía vender titulares con la derogación de la Ley del PP de 2013", dijo la popular Núria Riera en referencia a la normativa del Ejecutivo de José Ramón Bauzá que convertía el catalán en mérito, en lugar de ser un requisito, para el acceso a la administración pública balear. El portavoz parlamentario de Ciudadanos, Xavier Pericay, se expresó en el mismo sentido y afirmó que el Govern del Pacto "se burla, día sí día también, de los ciudadanos" y que la resolución publicada ayer en el BOIB era "la culminación de esta tomadura de pelo".

Oposiciones

Precisamente ayer el Servei de Salut publicaba la convocatoria de un concurso oposición para cubrir 253 plazas de auxiliares de enfermería fijos, la primera convocatoria de oposiciones que hace el Ibsalut desde 2011. Esta convocatoria, según afirmó el Ibsalut, responde a la voluntad de la conselleria de Salut de "dotar la red sanitaria pública de puestos de trabajo estables, ya que actualmente la temporalidad del personal del Servei de Salut es del 40 por ciento aproximadamente".