La Vicepresidencia y Conselleria de Innovación, Investigación y Turismo, a través de la dirección general de Turismo, hizo públicos este miércoles los resultados de la campaña de inspección orientada a la sobreocupación de establecimientos de alojamiento turístico (hoteles y apartamentos fundamentalmente). Así, Turismo ha detectado sobreocupación en el 72% de los establecimientos inspeccionados. En el marco de la campaña, que se ha llevado a cabo durante todo el mes de agosto, los inspectores de Turismo han visitado un total de 40 establecimientos ubicados en diferentes zonas turísticas de Mallorca.

“Es muy preocupante que en el 72 por ciento de los establecimientos inspeccionados hemos encontrado sobreocupación”, explicó la directora general de Turismo, Pilar Carbonell, “en primer lugar porque eso significa una sobrecarga de trabajo por todo el personal del establecimiento. No tenemos que olvidar que el número de trabajadores está dimensionado en función del número de plazas legalmente declaradas”, señaló al respecto.

Riesgo para los turistas

Aparte de este aspecto laboral, Carbonell también recordó que el hecho de alojar en el establecimiento más personas de las que permiten las plazas autorizadas “podría suponer un riesgo de seguridad para los propios clientes, en caso de cualquier incidencia que se podría producir en el establecimiento”.

Mientras la mayoría de las actas se han levantado por un porcentaje de sobreocupación del uno al 10 por ciento, también se han dado casos extremos de una cuota de sobreocupación entre el 50 y el 64 por ciento.

Las sanciones correspondientes pueden llegar desde 4.001 a 40.000 euros. Así, según se señaló, la conselleria de Turismo ya se han iniciado los trámites administrativos correspondientes. El total de las sanciones podría sumar más de 500.000 euros.

“Ante la gravedad de las infracciones cometidas en algunos de los casos”, desde la conselleria de Innovación, Investigación y Turismo se están estudiando tomar otras medidas sancionadoras que permite el marco legal.

En los últimos meses ha surgido un movimiento de reivindicación de sus derechos laborales por parte de las camareras de pisos de hoteles y apartamentos.

Estas trabajadoras han denunciado, entre otros extremos, la sobrecarga de faena que se les impone y la escasez de personal para adecentar todas las habitaciones que se les asignan. La sobreocupación también perjudica a los clientes, que tienen que compartir unas instalaciones pensadas para menos turistas.