Como en el chiste. Tenemos una noticia buena y otra mala. La mala es que la cantidad de turistas sigue en aumento. La buena es que la rentabilidad crece por encima de la afluencia de visitantes.
Hace décadas que Mallorca debió olvidarse de celebrar el crecimiento de las cifras de viajeros de Son Sant Joan. A más millones, más problemas en las carreteras, en las calles de las ciudades, en los suministros de agua y en el tratamiento de residuos. Y, lo que es peor, más turismofobia, por mucho que Rajoy nos invite a aceptar con la cabeza gacha todo cuanto nos caiga del cielo .
Pero que el turismo aumente su rentabilidad, que los clientes estén dispuestos a pagar por los hoteles mallorquines, pese a ser los más caros de España, y que se alargue la estancia media son datos dignos de festejar.
Lo empresarios seguirán mejorando su planta hotelera gracias a los ingresos, la recaudación de la ecotasa continuará mejorando las infraestructuras y la mejora en las retribuciones de los trabajadores nos sacará definitivamente de la crisis. ¿O es el cuento de la lechera?
