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Entrevista

Fernando Villalobos: "La recuperación salarial está fallando y hemos vuelto al mileurismo o menos"

"Se ha abusado de la contratación temporal y a tiempo parcial de una manera abominable" - "No habrá más grandes huelgas porque la seguridad de los sindicatos de ganarlas es mínima"

Villalobos recuerda su mote de ´apagafuegos´ por su mediación ante la convocatoria de huelgas en hostelería o transportes. G. Bosch

-¿Cuál es el estado de salud del mercado laboral balear que usted ha vigilado durante los últimos años?

-La situación laboral actual es manifiestamente mejorable, porque la reforma promovida por el PP quizás era necesaria, pero sus consecuencias no han sido las que se podían esperar. La economía y el empleo vuelven a crecer, pero es innegable que el puesto de trabajo actual en nada se puede comparar al que existía antes de la crisis. Se han reducido mucho los derechos de los asalariados. Algunos trabajadores que como consecuencia de la crisis perdieron su empleo, al volver al mercado laboral se encuentran con que su nuevo salario es la mitad del anterior. Esa merma de los derechos económicos es una de las grandes deficiencias de la reforma. Quizás durante los primeros años podía tener una cierta justificación, pero ahora en una situación boyante de crecimiento económico no tiene ningún sentido que los salarios se mantengan al mismo nivel de hace cuatro años, frente a un beneficio empresarial importante, y más en comunidades como la balear. Ha llegado el momento de repartir la riqueza. Otro de los problemas de esa reforma es el de la contratación temporal y, sobre todo, a tiempo parcial, que son una bomba de relojería. Se han usado y abusado de ellos de una manera abominable. Yo me he encontrado con pequeñas empresas en los que todos sus trabajadores tenían jornada reducida, algo que no tiene sentido y que esconde horas de trabajo sumergido.

-Desde el Govern se vienen denunciando la excesiva contratación temporal, que parece ser la única vía para entrar en una empresa.

-Es un atavismo histórico que espero que vaya desapareciendo, sobre todo cuando las indemnizaciones por despido son tan bajas. En los últimos años se detecta una notable transformación de contratos temporales en fijos.

-Hay dos colectivos que, según los sindicatos, padecen los mayores problemas para acceder a un empleo: los mayores de 45 años y las mujeres en edad de tener hijos. Recuerdo el caso denunciado en Iberia por pedir pruebas de embarazo a las aspirantes.

-Desde que estoy en mi profesión siempre han existido líneas de ayuda para mayores de 50 o 55 años, pero con escaso éxito, pese a que la experiencia es un plus añadido. Sin embargo, en la práctica las empresas no quieren a trabajadores de esas edades, y las patronales deberían fomentar una cierta educación a sus empresarios. Son los grandes sufridores de la crisis, no solo por sus dificultades para volver al mercado de trabajo, sino también porque cuando lo consiguen es con sueldos mucho más bajos. Respecto a lo de Iberia, me parece incomprensible, se va a convertir en un clásico de la estupidez y prefiero pensar que es un hecho aislado. Si en este mundo los hombres también diéramos a luz, este problema no existiría. Hay una cierta dosis de machismo a lo que se suma otra dosis de búsqueda del máximo beneficio, y puede haber empresarios que ante un futuro embarazo prefieren contratar a otras personas. "Las pruebas de embarazo de Iberia se van a convertir en un clásico de la estupidez"

-¿Cuáles son los incumplimientos de la legislación laboral más habituales?

-La contratación a tiempo parcial y temporal en fraude. Aquí hay una merma en las cotizaciones a la Seguridad Social, que soporta algunos servicios esenciales. Y otro de los grandes problemas, especialmente en Balears, han sido las empresas ficticias, que cobran a los trabajadores a cambio de darles de alta para que éstos puedan acceder a permisos de residencia, disfrutar de asistencia sanitaria y obtener derecho a alguna prestación. Hemos llegado a tener empresas de construcción con cerca de 200 trabajadores en época de crisis de las que más de 40 eran trabajadoras calificadas como limpiadoras de obras, cuando en los años que llevo en la Inspección jamás he visto a una limpiadora de obra. Algunas estaban contratadas incluso en el octavo o noveno mes de embarazo para luego tener derechos asistenciales. Se ha hecho mucho negocio con este tema.

-Una frase recurrente: la mayoría de los empresarios cumple con la ley.

-La mayoría no cumple, aunque son incumplimientos leves. No me gusta generalizar, y hay grandes cumplidores y grandes incumplidores, y en medio hay muchísimos con vulneraciones menores, que quizás para el trabajador no son tan leves. Un defecto que ha tenido la reforma laboral del PP es un descenso en la influencia que tenían los sindicatos, y es algo muy grave. El poder ha pasado de los convenios colectivos a las empresas, y eso ha restado poder a los sindicatos, que cada vez pueden luchar menos contra los abusos. Me gustaría que hubiera una contrarreforma en este tema, porque algún partido político está intentado ocupar el espacio que tenían los sindicatos, y eso me parece mucho más grave.

-El actual conseller de Trabajo, Iago Negueruela

-Tengo la suerte de coincidir con él en muchas de nuestras opiniones y en esa desde luego que sí. El cese de la ultraactividad de los convenios y el traspaso del poder negociador a las empresas merma el poder sindical y algunos nuevos partidos, llámese Podemos, En Comú Podem o Mareas, al final lo que quieren es ocupar ese espacio. Y una cosa es el poder político y otra el sindical.

-¿Cómo valora la campaña de refuerzo de la Inspección en verano con la llegada de funcionarios de la península?

-Cualquier refuerzo es útil, y no es una idea original de Balears. El acierto del Govern es crear las condiciones para que esto se vuelva a hacer. Desde un punto de vista cuantitativo, quizás estamos atacando un 1% o un 2% del problema, porque vienen por un tiempo limitado, pero existe un efecto dominó: cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Si sabes que están inspeccionando al vecino, tú corres a regularizarte.

-¿La recuperación del empleo hay que agradecérsela a la reforma laboral o al ciclo económico?

-El empleo lo crea la economía, pero ésta se mueve también por efecto de las leyes. En el caso de nuestra reforma, no hay que olvidar que viene terriblemente mandatada por Bruselas y Alemania. Nos pusieron en el disparadero y nos dijeron que estábamos al borde del rescate, así que nos exigieron cambios estructurales a pasos agigantados. Quizás entonces era necesaria, pero el segundo y tercer paso, como es la recuperación de poder adquisitivo de los trabajadores, es lo que está faltando, porque hemos regresado a la etapa del mileurismo o menos. El mayor defecto de esa reforma fue que no estaba pactada en ninguno de sus aspectos, y por eso desde el primer momento desde la oposición se habla de hacer una contrarreforma en cuanto lleguen al poder. "Algunos nuevos partidos, como Podemos, buscan ocupar el espacio dejado por los sindicatos"

-¿Cómo ha cambiado en los últimos 30 años la relación entre la empresa y los trabajadores?

-El trabajador ha perdido fuerza, sobre todo en el los últimos cinco años. Los sindicatos han perdido mucho poder. Antes podían ejercer más presión y en los convenios procuran una mayor protección de los asalariados. Ya me gustaría a mí que volvieran esos tiempos de los sindicatos, porque frente a lo que pudiera parecer, no son tan malos como muchos quieren pintarlos, aunque tienen que afrontar a una modernización.

-¿Cuáles son las situaciones más llamativas que ha vivido a lo largo de su carrera?

-Recuerdo a un empresario, que tenía una desafección por uno de sus trabajadores, que construyó en un sótano una especie de ring y lo puso en el centro con un cartel que ponía No hablar con éste. Fue tan tonto que la Inspección le pilló y este caso dio mucho que hablar. Siendo director provincial de Trabajo y con competencias en materia de Extranjería me vino un sujeto de unos 80 años diciendo que se quería casar con una centroamericana de 30 o 35 años y quería que le diera el permiso de trabajo inmediatamente, pero al día siguiente vinieron los hijos de este señor para pedirme que por favor no diera bajo ningún concepto ese permiso, supongo que porque eso ponía en peligro su futuro patrimonio. También me he encontrado quien recurre un acta en verso.

-Retrocedamos a su etapa de director provincial. ¿Recuerda el mote que tenía?

-Apagafuegos o apagahuelgas, por mi papel de mediador, algo que me encantaba hacer. En cuando había un preaviso de huelga, llamaba a las partes. La verdad es que jugaba con ventaja, porque tengo claro que el que convoca un conflicto está deseando que alguien llegue para buscar un acuerdo y desconvocarlo.

-Una de sus mediaciones fue para desconvocar una huelga en la hostelería.

-Ese conflicto acabó a las 4 de la madrugada. Tenía a una de las partes en mi despacho y a la otra en el de al lado, y yo iba de uno a otro con las ofertas de cada uno. Al final recuerdo a todos en una misma mesa, y para que yo supiera hasta donde podían subir los empresarios los salarios habían modificado las agujas de un reloj que tenía ahí para marcar con la hora ese límite. "He visto cómo un empresario ponía a un trabajor en el sótano con el cartel No hablar con éste"

-También ha mediado en varios conflictos del transporte discrecional, alguno con el aeropuerto casi colapsado

-Uno terminó reventando a algunos sindicalistas. La negociación fue casi nula porque había interés en dinamitar todo aquello. Se hizo muy mal por todas las partes y mi mediación también fracaso estrepitosamente.

-¿Ya no hay huelgas como esas porque las relaciones entre patronales y sindicatos son más fluidas o por falta de poder de convocatoria de estos últimos?

-Creo que los sindicatos han perdido poder y es difícil que se vuelvan a producir paros de ese calado. Las manifestaciones del Primero de Mayo son cada vez más escasas y el apoyo a las huelgas generales es mínimo. Antes había un mayor compromiso social, y el trabajador sabía que era más fácil encontrar un nuevo empleo si salía de un sitio. Apoyar una huelga en estos momentos supone enfrentarte al poder omnipresente del empresario y hay miedo. Pero los sindicatos tampoco las convocan porque la seguridad de ganarlas es mínima. Ahora solo hay paros puntuales en empresas concretas.

-¿Cuáles son los mejores recuerdos que tiene de la etapa de director provincial?

-Haber podido compartir mesa con grandes personajes del mundo sociolaboral local, como Paco Obrador, Toni García o Lorenzo Bravo de UGT; con Manolo Cámara, Ricardo Caro o Rafael Borrás de CCOO, y con David Díaz, de USO. La construcción del discurso de Manolo Cámara la he visto en muy pocas personas, y con Ricardo Caro aún comparto madridismo y churros. En las patronales, sentía una gran afinidad con Paco Albertí, que tenía unas salidas muy simpáticas, y Pepe Oliver fue siempre un buen conocedor de los sindicatos y sabía llevarse bien con ellos.

-Usted fue director general de Trabajo y de Salud Laboral en los gobiernos de Jaume Matas

-Cuando me hizo la oferta, le dije que no era del PP ni tenía la intención de serlo, pero que estaba encantado de colaborar con ellos si me aceptaban como director general-funcionario. Se me respetó aunque no era miembro del partido. Desde el punto de vista personal, siempre encontré facilidades, aunque tuve más relación con Matas durante la primera legislatura que en la segunda. "El tipo de político que acepta cualquier cargo sin saber me parece infame y una traición al votante"

-¿Tuvo alguna oferta más?

-Durante el primer Pacto de Progreso y desde el ámbito del PSM se me sugirió la posibilidad de volver como director general de Salud Laboral, y Toni Montserrat, por quien sentía mucho aprecio, me ofreció la dirección del Instituto Balear de Estadística, de lo que no tenía la más remota idea y no acepté. Este tipo de político que acepta cualquier cargo sin saber me parece infame y una traición al votante.

Fernando Villalobos es inspector de trabajo recién jubilado, Ex director provincial y ex director general.

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