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Estafa en Palma: "Envía el dinero y te enseño el piso"

Un supuesto propietario pide un adelanto de 1.200 euros desde Grecia para enseñar un piso en Pere Garau: "Soy el único que tiene las llaves"

Barrio de Pere Garau en el que un supuesto timador ofrece un piso por 400 euros. guillem bosch

Adentrarse en la búsqueda de un piso de alquiler a través de Internet implica toparse con anuncios sospechosos y presuntos estafadores con relativa facilidad. En un mercado escaso y copado por viviendas caras, resulta muy tentador responder a anuncios de pisos amueblados, céntricos y luminosos por un precio muy asequible.

Este diario se topó hace unos días con el anuncio de un piso en el barrio de Pere Garau. Amueblado, con calefacción y terraza por solo 400 euros al mes, incluyendo agua, electricidad, internet y aparcamiento. Demasiado bueno para ser verdad.

"Estoy viviendo en Grecia ahora. Me gustaría encontrar a alguien que cuide el piso y que se encargue de él. Por eso los gastos están incluidos en el precio (...)", responde el supuesto propietario por correo electrónico.

El patrón es casi siempre el mismo. Los estafadores dicen vivir en el extranjero, por lo que no pueden enseñar la vivienda. Por supuesto nunca tienen un familiar o vecino que puede enseñarla. "Yo soy el único que tiene las llaves. Nadie puede ayudar a que te enseñe el piso. Me gustaría saber más detalles de usted: edad, ocupación... Esto es solo para conocernos mejor. Es muy importante para mí saber quién va a vivir en mi apartamento porque quiero a una persona buena y seria", afirma el presunto timador.

Un plan grotesco

Llega el momento de que explique cómo realizar la operación. Exige una transferencia por valor de 1.200 euros (la primera mensualidad y la fianza) y, asegura, después cogerá un avión para venir a Mallorca a firmar el contrato. La explicación es rocambolesca. "Tú haces el envío por Western Union a nombre de tu pareja/amigo/familiar de España a Grecia/Atenas. Yo no puedo tocar tu dinero porque está a nombre de un familiar. Al día siguiente me compro un billete de avión. Cuando esté en España vamos a ver el piso. Si te gusta vamos a la gestoría y hacemos todos los papeles. Después vamos a una oficina de Western Union y cambiamos el nombre de tus familiares por el mío para retirar el dinero", indica el supuesto propietario.

La cuestión es que Western Union no acepta envíos monetarios a nombre de otras personas que no sean las que reciban el dinero. Así que el estafador confía en que, llegados a este punto, el desesperado buscador de pisos le acabe haciendo el ingreso a su nombre.

Es siempre la misma estrategia; solo cambia la ciudad desde la que dicen que escriben. A veces es Atenas, otras Londres, Roma o Bucarest.

Mantienen una correspondencia electrónica con textos plagados de faltas de ortografía y casualmente nadie más que ellos pueden enseñar un apartamento que no es suyo o no existe.

La burbuja del alquiler residencial ha multiplicado este tipo de estafas, que no siempre se denuncian por vergüenza. Y Mallorca, con un parque residencial de mínimos y muchos usuarios desesperados por encontrar piso, es terreno abonado para la aparición de estafadores.

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