Ryanair acaba de arrebatarles el liderazgo en Palma por primera vez en dos decenios, pero las desgracias no suelen venir solas: Air Berlin ahonda en su proceso de descomposición y ayer mismo los representantes legales de la aerolínea acudieron a los juzgados de Berlín para declarar la insolvencia de la compañía, trámite con el que pretenden ganar tiempo para continuar con la reestructuración que la ha llevado a desprenderse de gran parte de su flotadesprenderse de gran parte de su flota y a dejar la mayoría de sus rutas en manos de la competencia. Y ahí es donde empiezan las buenas noticias para Mallorca: gracias a que en diciembre Air Berlín vendió por 300 millones de euros su filial Niki al grupo árabe Etihad Airways, no corren peligro ni las conexiones con Mallorca ni los 700 empleos que la aerolínea ahora quebrada generaba en tierra en el aeropuerto de Son Sant Joan.

De hecho, las cosas siguen como estaban antes de la declaración de insolvencia de ayer. Para empezar, los pasajeros no tienen que temer por sus vuelos y billetes: Air Berlin va a seguir adelante gracias a un crédito de 150 millones del Gobierno Merkel, que mantiene viva a la segunda aerolínea alemana.

Y para que no queden dudas, la compañía recalca que la gestión sigue en manos de los mismos ejecutivos y que se mantienen tanto las operaciones como los billetes reservados.

Tampoco cambia nada en lo que respecta a Mallorca. Como leyeron en exclusiva en este diario en febrero, Air Berlin, que tenía la intención de no haber operado este verano en Son Sant Joan, optó por cambiar de rumbo antes de la temporada, para poner casi toda su operativa en manos de su antigua filial Niki. El resultado fue doble: Air Berlin seguía manteniendo sus rutas y frecuencias con Mallorca gracias a que volaba y vuela en código compartido con Niki y, más importante para la isla, con ello se salvaban 700 empleos de Acciona, la empresa logística que antes se encargaba del handling de Air Berlin y ahora lleva el de la alianza entre Niki y Air Berlin.

Ni los empleos ni las rutas peligran así para este verano. Y tampoco parece que estén en riesgo para la próxima temporada. La propia Niki continuará con el legado, utilizando para ello aviones de la propia Air Berlin, que en lo que va de año ha vendido 75 aparatos y ha recortado 1.200 empleos directos en toda Europa. Y más allá de Niki, el aeropuerto sigue batiendo récords: pese a Air Berlin y su retroceso, que ha dejado el liderazgo del aeropuerto de Palma en manos de Ryanair, Son Sant Joan logró por primera vez en su historia superar los 4 millones de pasajeros en un solo mes, el de julio.

Tampoco cabe pensar en una pérdida de conectividad de Mallorca con su primer cliente, Alemania. Más bien al contrario: mientras Niki optaba por dar el relevo a Air Berlin, la nueva líder del aeropuerto, Ryanair, aumentaba líneas y frecuencias con Alemania, como hacía también EasyJet, al tiempo que disparaban su operativa en la isla otras aerolíneas low cost, alimentadas en parte por los despojos de Air Berlin, como las también alemanas Germania y EuroWings

Los datos de los primeros seis meses del año en Son Sant Joan explican por sí solos por qué la debacle de Air Berlin se vive en Palma sin sobresaltos: la aerolínea hasta este año líder movió apenas 363.271 pasajeros entre enero y junio, a los que sumaron otros 1.390.733 en código compartido con Niki, aunque entre ambas no alcanzaron los 1.794.895 viajeros de Ryanair, a la que probablemente preocupe más ahora el avance de Eurowings (578.943 pasajeros y un 45% de crecimiento) y el de Norwegian, que en el último año ha multiplicado por cinco sus cifras. Así que Air Berlin agoniza, pero Son Sant Joan genera cada vez más aviones, viajeros y millones de euros para la empresa semiprivada AENA.