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Caso Cursach

El juez llevará a juicio a 28 policías locales por aceptar invitaciones de Cursach

Citan a declarar de nuevo a Mut y a Vera para que aclaren si asistían a las fiestas privadas, con prostitutas y drogas, que se celebraban en la discoteca Tito´s - Se iniciará una pieza separada sobre este asunto

Vera tendrá que volver el jueves al juzgado para aclarar su relación con las orgías de Tito´s. b. ramon

El juez Penalva tiene previsto sentar en el banquillo a un total de 28 policías que serán acusados de aceptar regalos del empresario Bartolomé Cursach. Todos estos funcionarios policiales, muchos de ellos en estos momentos en servicio activo, serán juzgados por participar en las fiestas privadas, con prostitutas y drogas, que se organizaban en la discoteca Tito´s, propiedad del potentado empresario del sector del ocio.

Hasta el momento han sido diez los policías implicados en este caso que han sido citados a declarar. Sin embargo, este jueves acudirán al juzgado los otros 18 funcionarios policiales a los que los testigos sitúan en estas fiestas. Entre los funcionarios citados a declarar se encuentran dos exjefes de la Policía Local de Palma, como son Joan Mut y Antoni Vera, ambos imputados en esta causa. Las testigos relacionan a ambos responsables policiales con estas celebraciones, si bien en el caso de Vera hay una mujer que afirma que acudía a la discoteca, no para participar en las fiestas, sino para esperar a una de las chicas que había sido contratada como prostituta.

Los diez primeros policías que la semana pasada desfilaron por el juzgado siguieron la misma estrategia de defensa, que consistió en guardar silencio. Ni uno solo quiso responder a las preguntas que le iba a formular el juez Penalva y el fiscal Subirán. Todo indica que sus otros 18 compañeros seguirán esta misma línea de defensa, es decir, se acogerán a su derecho a no declarar, alegando que la investigación judicial continúa bajo secreto de sumario.

Los investigadores del caso han ido tomando declaración a numerosos testigos que han detallado la forma en que desarrollaban estas fiestas privadas. Todos los gastos, tanto la contratación de las prostitutas como las bebidas alcohólicas, corrían a cargo de la empresa y supuestamente, a cambio, la empresa recibía un especial trato de favor por parte de la Policía Local. De hecho, a través de la investigación se ha podido demostrar que cada vez que estaba prevista una inspección en la discoteca, la empresa recibía un aviso previo.

En la causa, todavía secreta, aparecen las declaraciones de estos testigos, que no se conocen entre ellos, pero que tienen algo en común: todos ellos confirman que estas fiestas se celebraban, a pesar de la negativa de la dirección. Hay testigos que identifican a un determinado grupo de policías y, en cambio, hay otros que han sido señalados por personas distintas. En total, hay 28 funcionarios de la Policía Local de Palma a los que se sitúa como participantes en estas orgías sexuales.

La intención del juez es abrir una pieza separada en la instrucción del sumario Cursach y llevar a juicio este presunto caso de cohecho. Es decir, que estos 28 policías locales señalados por los testigos se sienten en el banquillo, en un juicio al margen de la pieza principal del caso Cursach, en el que se están investigando multitud de delitos. Es por este motivo por el que el juzgado está citando a estos investigados para preguntarles, únicamente, si asistieron o no a dichas orgías, ya que la mayoría ya han sido interrogados por otros hechos que se han averiguado durante la instrucción.

Esta semana el juez tiene previsto realizar otras diligencias relacionadas con esta compleja investigación. Mañana los abogados tendrán la oportunidad de interrogar a otros dos testigos protegidos de la causa. Uno de ellos es una mujer, que trabajaba de prostituta, que ha identificado a una serie de políticos, entre ellos Álvaro Gijón y Guillem Navarro, como invitados a las orgías sexuales que se organizaban en la finca sa Bassa, propiedad del empresario Miguel Pascual, de Pabisa. Esta testigo ha asegurado que se contrataban a prostitutas menores de edad para mantener relaciones sexuales con los invitados.

Empleado

El otro testigo es un antiguo empleado del Grupo Cursach, que trabajó varias temporadas en la discoteca BCM de Magaluf. Explicó que en esas fechas era adicto al consumo de cocaína y que Bartolomé Sbert, ejecutivo de la empresa de ocio, realizaba un reparto de droga entre los empleados. Al final de la noche se encargaba de recoger el dinero que se había obtenido de la venta y la cocaína que había sobrado. Afirmó también el testigo que los empleados cobraban por vender droga, pero no con dinero, sino con cocaína gratis. Detalló que todos los trabajadores comentaban que la droga la transportaba un piloto de avión comercial que todas las semanas viajaba a Bogotá. Allí recogía la droga y se la entregaba a Sbert, según detalló este exempleado. La droga que se consumía en Tito´s se trasladaba a través de un velero.

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