Europa ya da por perdida la batalla contra la plaga de Xylella fastidiosa en Balears. La Comisión Europea cree que ni la tala masiva que exige su normativa garantizaría acabar con la devastadora bacteria que afecta a almendros, olivos, acebuches y decenas de árboles, plantas y arbustos del archipiélago. Las primeras conclusiones de la auditoría realizada el pasado mes de junio en las islas por los técnicos de Bruselas dibujan una situación irreversible.

La última actualización del balance que hace la Comisión de la situación de la plaga en territorio europeo incorpora las primeras conclusiones de la auditoría que llevaron a cabo los técnicos comunitarios durante el mes de junio en las islas y que verá integramente la luz en los próximos meses, y son demoledoras para el campo balear. Los auditores sentencian que, por su distribución geográfica, por la enorme variedad de especies a las que afecta en las islas y por la presencia de más de una subespecie de la bacteria, "incluso con la plena aplicación de las disposiciones de la normativa, la erradicación [de la Xylella] será muy difícil de conseguir".

A lo que se refiere Bruselas con "la plena aplicación de las disposiciones" es al protocolo de erradicación que pasa por la tala de tres hectáreas de vegetación alrededor de cada positivo. El balance de la Comisión constata que solo las medidas aplicadas tras las primeras detecciones en Porto Cristo "estaban en consonancia" con la normativa europea. Los técnicos ligan a la avanzada situación de la plaga al "enfoque de contención" que plantea Balears.

Los auditores de la Comisión avisaron al Govern durante su estancia en las islas que no podría evitar, al menos por ahora, la tala masiva prevista. Con los 351 casos confirmados de la bacteria, ahora mismo serían entorno a 1.000 hectáreas de vegetación que deberían talarse y quemarse en las islas, más de la mitad en Mallorca. Con la previsión de los funcionarios de la conselleria de Medio Ambiente de que este mes de agosto permitirá ver muchos más casos en almendros -la especie más afectada- y elevar el número de positivos, las hectáreas a arrasar serían inevitablemente más. Y en su balance, la Comisión no habla en condicional, sino en futuro -" will be". Es decir, "será"-.

La Comisión se muestra consciente de que sus drásticas medidas contra la Xylella se deberían aplicar sobre muchos más de los casos detectados hasta la fecha. Los técnicos europeos consideran que las prospecciones del Govern "debido a su limitada intensidad y cobertura territorial, no proporcionan una imagen completa sobre la situación del brote".

Bruselas recuerda en su resumen que desde la detección de un centenar de casos a principios de 2017, "las autoridades competentes se concentran en la inspección para determinar el alcance de la propagación de la bacteria, la eliminación de las plantas positivas y en la prohibición de la circulación de las plantas hospedantes".

La Comisión da a Balears casi el mismo diagnóstico que a la región italiana de Lecce, donde considera que la erradicación "no es factible", o que a la isla de Córcega, donde asume que su plan "puede no ser efectivo". En la provincia italiana la Xylella ha acabado con cerca de dos millones de olivos en los últimos cinco años y las drásticas medidas europeas han supuesto la destrucción de cientos de hectáreas en la isla francesa. Desde 2015 se permite a Lecce limitarse a arrancar los árboles infectados como pretende Balears y los técnicos de la Comisión informaron durante su visita a Mallorca, que a Córcega también se le permitirá en breve. No obstante, según trasladaron los auditores, la contención se concederá a la isla francesa sólo por llevar ya dos años erradicando, un escenario en el que no está el archipiélago.

Mientras sale a la luz el informe completo y se resuelve la petición de Balears de limitar las medidas a la tala de árboles infectados, las primeras conclusiones suponen un dramático diagnóstico de la situación de la plaga en las islas. El mes de enero, los técnicos de Sanidad Vegetal del Govern ya informaron de que la bacteria estaba extendida por toda la geografía balear y que había decenas de especies afectadas, entre las que destacan los almendros y acebuches en Mallorca, y los olivos en Eivissa. Mes a mes, se han ido incrementado el número de positivos. Durante el mes de mayo se detectó el primer caso en viña. Ahora, Bruselas va un paso más allá y da por casi imposible acabar con la plaga. Ni en el caso de la tala masiva garantiza resultados.

"La fuente de la infección"

Lo que sigue sin resolverse es el origen de la plaga en las islas, si bien se da por hecho que fue a través del comercio internacional de plantas. La Comisión apunta que "siguen en curso las investigaciones para confirmar la fuente de la infección", pero otra de las conclusiones a la que llegaron los auditores en visita es que el vivero de Porto Cristo donde se detectó por primera vez Xylella en Mallorca, no fue el primer foco. Por la extensión y la variación genética de la bacteria, confirmaron que la plaga lleva años propagándose por las islas. El Govern tiene evidencias de que está, por lo menos, desde 2012, pero investigadores barajan que entró a principios del milenio por la construcción.

Mientras se han detectado los primeros focos de la península, en plantaciones de almendros de Alicante, payeses y expertos mantienen la hipótesis de que la bacteria está detrás de la mortandad de almendros que ha acabado con miles de hectáreas del cultivo en la última década y que sigue propagándose a día de hoy.