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Entrevista

Aina Estarellas Roca: "La serie CSI ha extendido la creencia de que con un pelo sacamos de todo y no es así"

"El adn es como un código de barras, pero tiene que poder compararse con otro, ya sea de un hijo, un nieto o un hermano. Para tener más garantías, es preferible familiares de primer grado"

La médico forense Aina Estarellas, en su despacho de Barcelona. Pedro Salado/LOF

-¿Cómo ha llegado una mallorquina a dirigir el Instituto de Medicina Legal de Catalunya?

-Soy médico forense desde hace treinta años, que dan para mucho. Saqué la oposición y como no había plaza en Palma me fui a trabajar al País Vasco...

-¿De qué año estamos hablando?

-Del año 1986. En Vitoria solo estuve unos meses antes de irme a Mataró y Arenys de Mar, donde permanecí durante seis años. En 1993, por cuestiones familiares, me fui al Vendrell y en 1995, a Tarragona. En 2003 obtuve la plaza de subdirectora del Instituto de Medicina Legal de Catalunya en Tarragona, departamento que contaba con 20 médicos forenses y cinco administrativos. Allí permanecí hasta el año 2013 en el que regresé a Palma para dirigir el Instituto de Medicina Legal de Balears, donde permanecí dos años. En el 2015 regresé a Catalunya, a Reus, donde ejercí como forense psiquiátrica hasta que, el pasado 1 de julio, fui nombrada directora del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya. Aquí, a diferencia de lo que pasaba en Palma, ya no ejerzo como forense.

-¿Lo echa de menos?

-Bueno, lo llevo bien. El trabajo me encanta. Después de treinta años trabajando como forense, esta nueva labor me resulta entretenida y gratificante. Me gusta la gestión.

-¿Cuántas personas tiene a su cargo?

-Unos doscientos médicos forenses y creo que habrá unos cien administrativos. En total, una plantilla de unas trescientas personas.

-Retrocedamos un poco en el tiempo ¿No es cierto que fue nombrada directora del Instituto de Medicina Legal de Balears para pacificar dos bandos de forenses enfrentados?

-No quiero entrar en polémicas ni referirme a nadie en concreto. Pero lo cierto es que el ministerio de Justicia decidió nombrarme para el cargo para que cumpliera unos objetivos y pusiera un poco de orden, que repartiera equitativamente tanto el trabajo como las guardias. Y para que se atendiera exquisitamente tanto las demandas de los órganos judiciales como de la ciudadanía. Pensaron que una persona venida de fuera vería las cosas con otra perspectiva. El Instituto de Balears es uno de los más grandes del país ya que la comunidad todavía no tiene transferidas las competencias de Justicia.

-Recientemente se produjo la exhumación de Salvador Dalí por una demanda de paternidad. ¿Con qué dificultades tuvo que lidiar este proceso?

-No puedo hablar de este caso porque está sometido al secreto judicial. Pero, en general, te puedo decir que estos casos son más difíciles porque es más complicado obtener una muestra de adn de un cadáver que ha sido embalsamado. Porque el formol afecta al núcleo de las células donde está el adn e incluso puede llegar a modificarlo.

-Pese a las dificultades, el adn del pintor se obtuvo. ¿Cuál es el siguiente paso?

-Hay remitir la muestra para su análisis al laboratorio del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses que tiene tres sedes en todo el país, en Madrid, Barcelona y Sevilla.

-¿Y a cuál se han enviado?

-No lo sé.

-¿Cuándo se conocerán los resultados?

-Te reitero que no puedo hablar de este caso porque está sometido al secreto judicial pero, en términos generales, un análisis de este tipo tardaría en hacerse entre uno o dos meses.

-En Mallorca también se exhumaron los restos del financiero Joan March por una demanda de filiación. ¿Son estas demandas cada vez más habituales?

-Siempre han sido bastante habituales. Y muchas veces son de personas que están vivas.

-Esto simplificará mucho el proceso...

-Sí. Basta con tomar una muestra de saliva con un bastoncito similar al que se usa para la higiene de los oídos solo que un poco más largo. Se cogen muestras del presunto padre, de la madre y del hijo que ha presentado la demanda. La recogida de muestras, que es muy sencilla, se ha de hacer en presencia del secretario judicial, que debe certificar que las personas a las que se les toma son quienes dicen ser y garantice después la cadena de custodia."Vine al Instituto de Medicina Legal de Palma para repartir equitativamente tanto el trabajo como las guardias"

-¿Y cuánto tarda en conocerse los resultados de esta prueba?

-Entre dos y tres meses, dependiendo de la saturación del laboratorio. Normalmente hay que analizar tres adn, el del padre, la madre y el hijo, y luego compararlos.

-Estas demandas de filiación, ¿están provocando que las personas ricas estén adoptando algún tipo de precaución para evitar que exhumen sus restos?

-Que yo sepa, no.

-¿Han recibido en Cataluña peticiones de exhumaciones de presuntos bebés robados para determinar su filiación?

-Aquí no me consta, pero no te lo puedo asegurar porque al frente del Instituto solo llevo un mes, desde el pasado 1 de julio. En Balears sí que hubo alguna demanda de este tipo que se produjo en la etapa en que dirigí el Instituto de Medicina Legal de Palma.

-Con la ley de memoria histórica, ¿tienen los forenses una sobrecarga de trabajo para determinar a quién pertenecen los restos óseos hallados en fosas comunes?

-En Cataluña se ha firmado un convenio entre las conselleries de Justicia, Salud y Presidencia que establece que el médico forense debe realizar el estudio antropológico de los restos que se encuentran.

-¿Con qué dificultades se enfrentan en estos procesos?

-Fundamentalmente, con la comparación de los restos obtenidos con familiares. Tiene que haber algo con lo que comparar. El adn es como un código de barras, pero tiene que poderse comparar con otro, ya sea de un hijo, un nieto o un hermano.

-¿Qué comparación ofrece más garantías?

-Con familiares de primer grado. Padre o madre, hijo, hija, hermano o hermana. Cuanto más nos alejamos de los primeros grados, peor. Aunque, eso sí, tiene que haber algún familiar para poder comparar el adn.

-¿Y con un cadáver? ¿Cuál es la situación más complicada para un forense?

-Una autopsia es una investigación in situ. Hay muertes naturales y cadáveres de personas que han fallecido por causas violentas, ya sea por un accidente, un homicidio o un suicidio. Y una muerte violenta nos hace estar más alerta. La principal dificultad suele ser diferenciar lo accidental de lo provocado. Si una persona se ha caído desde un quinto piso, lo han tirado o ha decidido quitarse la vida.

-¿Y cómo determina estas circunstancias una autopsia?

-Contando con la colaboración de la Policía, con las declaraciones de los testigos... Únicamente con la autopsia es mucho más complicado.

-¿Cómo ha evolucionado la Medicina Forense en estas últimas décadas? ¿Qué hitos más significativos ha tenido esta ciencia?

-Son varios. Hemos pasado de hacer las autopsias en los cementerios, solos, a hacerlas en salas de autopsias centralizadas con ayudantes, técnicos y, en definitiva, muchos más medios."En el instituto catalán hacemos unas 2.500 muertes al año y 20.000 demandas de personas vivas"

-¿En serio?

-Y tan en serio. Yo misma he hecho autopsias en un cementerio, con el enterrador al lado preguntándose en voz alta si me atrevería a diseccionar el cadáver y concluyendo que sí, que me había atrevido, cuando ya lo había abierto.

-¿Y otros hitos?

-El adn. Hace veinte o veinticinco años, para hacer una filiación teníamos que recurrir a marcadores sanguíneos. Y en ocasiones había que esperar que el niño creciera un poco más. Ahora se puede hacer sencillamente tomando una muestra de saliva de un recién nacido. O había que cotejar mediante la antropología de los huesos. El adn ha supuesto un gran avance para nuestra profesión.

-¿Desde cuándo se ha generalizado la toma de muestras de adn?

-Desde hace diez o quince años. Al principio era muy caro.

-¿Ha distorsionado la imagen de los forenses series de ficción televisivas como CSI?

-Sí. Antes los médicos forenses teníamos la imagen que se ofrecía en las películas de cine. Y que habitualmente era la de un hombre grande, gordo, que fumaba un puro o estaba comiendo mientras realizaba una autopsia. Por eso a mí, que soy mujer y bajita, ningún familiar me preguntaba si era la forense al pasar junto a ellos por un pasillo.

-¿Y qué ha conseguido CSI?

-Que cambie la actitud de la gente. Ahora les dices que eres forense y les encanta, les pareces una persona muy interesante. Hemos pasado de la antigua imagen estereotipada a la del CSI. Pero no somos el CSI."El adn ha sido el gran adelanto. Para hacer una filiación, antes recurríamos a marcadores sanguíneos"

-¿Qué quiere decir?

-Que la serie ha extendido la creencia de que con un solo pelo se puede sacar de todo y no es así. En los juicios te preguntan cosas rarísimas. Como qué es lo que vio el cadáver antes de morir. Y eso no se puede saber. Hay mucha ficción y poca realidad. Y hay muchas diferencias. Mientras en Estados Unidos los forenses trabajan para la Policía, aquí lo hacemos para el juez y el fiscal.

-¿Qué campo consume la mayor actividad de un forense?

-Desde luego que no los muertos. En el Instituto de Medicina Legal de Catalunya, que es el más grande del país porque atiende a las cuatro provincias catalanas mientras que en Andalucía hay ocho para toda la comunidad o frente a los tres de Valencia, se hacen unas 2.500 muertes anuales frente a las 15.000 o 20.000 demandas de personas vivas. Nuestra mayor actividad la provocan las personas por demandas por lesiones, estado mental...

-Usted se especializó en psiquiatría forense, ¿qué funciones realizaba?

-Para dedicarme a este campo solo tuve que hacer una formación específica de 1.500 horas y los casos que aborda son muchos y variados. Se puede evaluar el estado mental de acusados por diversos delitos, determinar incapacidades legales de algunas personas o examinar a víctimas con enfermedades mentales a consecuencia de delitos, por ejemplo.

-¿Está la Medicina Forense española al nivel de la estadounidense?

-Yo diría que sí. Ahora disponemos de muchos más medios. En la Ciudad de la Justicia de Barcelona contamos con un aparataje impresionante. La Medicina Forense catalana es ágil, prestigiosa y con una gran proyección. Es un referente tanto nacional como internacional.

-¿Cuál es el país más avanzado en esta ciencia?

-Yo te diría que Portugal. Estados Unidos también. Y ciertos países de Centroamérica como Honduras, quizá porque tienen un gran volumen de muertes violentas. En lo que sí somos únicos es en nuestra forma de funcionar. España es el único país en el que el médico forense es un funcionario que depende del ministerio de Justicia.

-¿Que cree que nos deparará la ciencia forense en el futuro?

-No lo sé, no tengo ni idea. No me he parado a pensarlo. Me basta con el presente.

-¿Vuelve de vez en cuando a Mallorca?

-¡Por supuesto! ¡Soy de sa Roqueta! Voy una o dos veces al año a visitar a amigos y familiares. Lo que pasa es que suelo evitar los meses estivales. Pese a que los mallorquines siempre hemos convivido con los turistas, todavía recuerdo los autobuses abarrotados de gente que iban hacia Illetes en mi juventud, ahora parece que la cosa ha empeorado. Y por eso suelo volver a la isla en meses de menor afluencia de turistas como octubre o abril.

Aina Estarellas Roca es directora del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya

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