El abogado Miguel Pérez Marsá, actual máximo responsable de las empresas del Grupo Cursach, tuvo que comparecer ayer como investigado en el juzgado que dirige el juez Manuel Penalva. Se le imputa un presunto delito de obstrucción a la justicia, debido a que se descubrió que el sucesor de Cursach habría ofrecido dinero a un colaborador de una agencia de detectives, para que le encontrara una fotografía que pudiera perjudicar la investigación. En concreto, la imagen que se buscara era una en la que apareciera la mujer que ha desvelado las supuestas orgías sexuales de José María Rodríguez y Álvaro Gijón, y uno de los policías que interviene en esta investigación. Se cree que con esta búsqueda de esta imagen se pretendía poner en duda la credibilidad del testimonio de la madame para demostrar que tenía una relación con un policía, cosa que no es cierta.

El abogado Pérez Marsá, defendido por el letrado Miguel Arbona, negó la acusación y desmintió que hubiera ofrecido dinero para que le consiguieran dicha fotografía.

Esta declaración no coincide para nada con la que realizó el joven al que, supuestamente, le realizaron esta oferta económica. Este individuo declaró como testigo en el juicio contra el sobrino de Cursach y en presencia de la juez, y bajo juramente, aseguró que Pérez Marsá le ofreció mil euros por esta foto y por toda la información policial sobre la testigo. De hecho, pidió ayuda a dos policías.