La mesa sectorial de Sanidad aprobó el pasado jueves la convocatoria de oposición para 924 plazas de las categorías de médicos, enfermeras y auxiliares de enfermería.

En concreto se ha aprobado la convocatoria de 41 plazas de médicos de familia para Atención Primaria en turno libre y otras 41 de promoción interna; 20 de pediatras para este nivel asistencial en turno libre y otras 20 de promoción; otras 40 plazas, divididas a partes iguales en turno libre y promoción, para pediatras hospitalarios; 60 plazas, contando ambos turnos, para anestesiólogos; 40 para médicos de urgencias; 197 plazas de enfermería en turno libre y otras tantas de promoción interna y, por último, 134 plazas de auxiliares de enfermería en cada uno de estos dos turnos.

Esta convocatoria corresponde a las tasas de reposición (porcentaje establecido por el Gobierno central sobre el número de bajas de funcionarios que se deben reponer) de los años 2015, 2016 y 2017.

El acuerdo se adoptó pese a que la Administración propuso que se eximiera a médicos y enfermeras del conocimiento de catalán para poder concurrir a estas oposiciones, pero no así a las auxiliares de enfermería, que tendrán que acreditar el nivel B1 de esta lengua para poder opositar. Para las dos primeras categorías profesionales, la ley de normalización lingüística establece que, como requisito para poder optar a un empleo público, deben acreditar el B2 de catalán (nivel medio-alto).

La Administración se escudó en la falta de médicos y de enfermeras para eximirles del conocimiento del catalán aunque, al hacerlo, ha incurrido en un agravio comparativo con las auxiliares de enfermería (ahora se autodenominan técnicos de enfermería), como denunció su propio sindicato, el SAE, que lamentó esta discriminación y aseguró que también hay carencias de trabajadores de su categoría profesional en esta comunidad.

No obstante, durante la votación de esta convocatoria de plazas y sus condiciones en la mesa sectorial del pasado jueves, todas las formaciones sindicales -SATSE, Simebal, UGT, CC OO y SAE- se abstuvieron en este punto con una única excepción, el CSI-F, que votó en contra de eximir a médicos y enfermeras del conocimiento del catalán. "No pueden producirse estos agravios comparativos en unas oposiciones públicas", recalcó el coordinador del CSI-F en Mallorca, Guillem Vila.

Por su parte, Xisca Galmés, responsable del sindicato de técnicos de enfermería (SAE), justificó su abstención en que esta convocatoria de empleo público servirá para paliar en parte la precariedad laboral existente en su profesión.

El coordinador del CSI-F reveló que esta convocatoria no se publicará en el BOIB hasta el 17 o el 19 de agosto con el objeto de que los profesionales que se encuentran de vacaciones pueden inscribirse para unas oposiciones que, desde su publicación, dan un plazo de un mes para apuntarse.

Vila estimó que la convocatoria para los médicos se hará a finales de noviembre o en diciembre mientras que las enfermeras y las auxiliares tendrán que esperar hasta finales de enero o febrero del próximo año. Y recordó el coordinador del CSI-F que aún queda por negociar la convocatoria de las plazas para personal no sanitario -administrativos, auxiliares, celadores, psicólogos clínicos y técnicos de radiología y laboratorio-.