Esteban Marchena, un camarero de Alcúdia de 62 años, ha conseguido, tras duros años de pleitos, que la Justicia le declare hijo no matrimonial de un fallecido acaudalado andaluz, que cuando era el "señorito" de su casa mantuvo relaciones sexuales con una joven criada y nunca reconoció su paternidad. Marchena se muestra alegre por la decisión judicial, que podría suponerle un importante pellizco de dinero en el reparto de la herencia con sus hermanos paternos, que tampoco jamás han querido saber nada de él.

La Audiencia de Sevilla ha confirmado que Marchena natural de Los Morales (cerca de Utrera y perteneciente a Sevilla) y que reside en Mallorca desde los 17 años, recibirá una herencia millonaria tras rechazar un recurso de sus hermanos biológicos contra una sentencia anterior. Este primer fallo declaró que el camarero mallorquín era hijo no matrimonial de J.V., un sevillano fallecido en 2001 y que ya tenía otros dos hijos varones de su matrimonio.

El protagonista de la historia, no obstante, no quiere echar las campanas al vuelo porque "me han dicho que todavía se puede presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo".

Dos millones de euros

El camarero, cuya madre fue una sirvienta del fallecido y que también murió hace tres años, tendrá que repartirse con sus hermanos de padre un patrimonio valorado en dos millones de euros, según informó el abogado que ha llevado el caso, Fernando Osuna, un especialista filiaciones no reconocidas.

Además, los demandados tendrán que pagar las costas de ambos juicios por importe de 9.000 euros, explicó el abogado, quien añadió que los familiares adinerados, con mala fe, destruyeron los restos óseos que estaban enterrados en el cementerio para evitar la prueba del ADN porque temían que diera positiva.

Los familiares del padre, fallecido en el año 2001, tampoco se presentaron en el Instituto de Toxicología de Sevilla para comparar el ADN de ellos con el de Esteban Marchena.

J.V., que no le dejó ningún bien en el testamento, se negó a reconocerlo como hijo y a ayudarle económicamente. La demanda se interpuso en 2009. Según explicó ayer el vecino de Alcúdia, su madre, con la que apenas convivió, tampoco le habló claramente de quién era su verdadero padre. Marchena tiene cuatro hermanos más por parte de madre y sus hermanas fueron las que le encaminaron a la pista sobre su verdadero progenitor.

"Yo sabía algo por boca de vecinos y de la gente, pero mi madre no me dijo nada concreto. A los siete años me ingresaron en un hospicio y a los 15 me puse a trabajar para ayudar a mi madre que tenía varios niños pequeños. A los 17 ya me vine para Mallorca", añade el demandante.

Sentencia por estupro

En los dos fallos que han dado la razón al trabajador mallorquín han pesado los 80 testigos que han declarado en su favor y una sentencia de 1964 en la que se relacionaba a su padre biológico con un estupro (abusos sexuales) en la persona de su madre.

"Él era el señorito de la casa y mi madre era una sirvienta de la que abusó cuando él tenía 34 años", lamenta Esteban Marchena.

La decisión de la Audiencia se produce tras un recurso presentado por sus hermanos biológicos a una sentencia de un juzgado de Utrera, en la que se indicaba que en 1964 el padre biológico tuvo que pagar a la sirvienta una indemnización tras un procedimiento contra él por estupro. La sentencia resalta que era conocida la relación entre el hombre adinerado y su sirvienta, con la que los vecinos le vieron en numerosas ocasiones cuando ella estaba embarazada.