Balears tiene desde hoy una nueva ley de alquiler turístico con la que dentro de un año, cuando los consells digan en qué zonas se admite el arrendamiento a turistas, se podrá alojar a viajeros en pisos de edificio plurifamiliar, siempre y cuando la vivienda sea la residencia principal del propietario, que estará autorizado a explotarla de ese modo durante un máximo de 60 días. Mientras tanto, podrán seguir comercializando a turistas en sus viviendas quienes hoy disponen ya de una licencia de alquiler vacacional en vigor, es decir, solo los que hayan tramitado antes de hoy su permiso para uno de los tipos de viviendas a los que se autorizaba el negocio vacacional: casas aisladas, chalets pareados y casas de pueblo entre medianeras.

Y el resto es una incógnita, después de que Podemos haya querido prohibir todo el alquiler en pisos de edificios plurifamiliares, pero haya acabado actuando con tan poca pericia que ha derogado el artículo de la ley anterior de Bauzá (PP, 2012) que impedía alojar a turistas en apartamentos de edificio residencial, mientras se aliaba con el Partido Popular y con Ciudadanos para mantener como legales las tipologías de alquiler que contemplaba la ley Bauzá desde 2012: las casas aisladas y las pareadas.

¿Alquiler ilegal en plurifamiliares sin multa?

Con un agravante al que aluden fuentes técnicas del Parlament: como en la nueva ley se ha excluido de las modalidades admitidas de forma expresa el alquiler en plurifamiliares, cabe la posibilidad de que las nuevas multas de hasta 40.000 euros hoy aprobadas no puedan imponerse a esos pisos a los que no se reconoce como modalidad de comercialización turística, y solo estén sujetos a esa sanción las casas aisladas y adosadas sin regirstro de Turismo. Si acabase siendo así, con su estrategia de las últimas horas Podemos habría salvado de las multas a los pisos en plurifamiliares a los que quería castigar más duramente.

Deciden los consells

El resultado de este galimatías es que hoy se ha aprobado la ley central de la legislatura, pero desmontando por un solo artículo (el apoyado por PP, Podemos y Cs) el trabajo de un año y medio de la Conselleria de Turismo y sus juristas, y dejando en el aire el punto clave, el alquiler de pisos en edificios plurifamiliares: hasta hoy estaba prohibido, pero desde hoy ni está prohibido ni está permitido. ¿Resultado? Según fuentes jurídicas del Govern y según confirma el propio conseller de Turismo y vicepresident del Govern, Biel Barceló (Més), el texto hoy aprobado permitirá a los consells insulars y al Ayuntamiento de Palma decidir dónde autoriza el alquiler en pisos de edificio plurifamiliar, es decir, el apartamento del 4ºB o del 2ºA, que hoy no se pueden dedicar legalmente al turismo. Para definir esas zonas, Consells y Cort tienen un plazo máximo de un año, y hasta que no lo hagan está en vigor una moratoria que, de facto, impide dar de alta nuevos alojamientos de alquiler turístico, sean estos casas, pisos o pareados.

Este verano: totalmente prohibido en pisos el alquiler turístico

En términos prácticos, todo esto significa que este verano la cosa seguirá más o menos igual, pero con multas más duras: no se puede alquilar a turistas en pisos. Y quien lo haga se expone a la contundencia de una nueva ley que fija sanciones de entre 20.000 y 40.000 euros a quien comercialice entre turistas por canales tipo AirBNB viviendas que no cuenten con un número de registro de Turismo. Como quiera que ese número no se podrá lograr hasta que en unos meses los consells definan dónde permiten alquilar, este verano el único arrendamiento turístico autorizado es el que ya tenía licencia en vigor, unas 70.000 plazas, todas ellas en casas aisladas, chalets adosados y casas de pueblo entre medianeras.

La nueva ley aprobada supone también la creación de un techo de plazas turísticas y una moratoria: de aquí en adelante, para abrir una nueva plaza de hotel o de alquiler turístico habrá que darla de baja antes en otro sitio. Además, el Govern irá eliminando conforme se den de baja todas las plazas turísticas que se han ido autorizando desde 1998 sin acudir a este sistema de cerrar una cama vacacional para poder abrir otra. En esa situación están unas 100.000 plazas solo en Mallorca. La mayoría son de alquiler vacacional, unas 70.000, aunque el vicepresident Barceló ha detallado que también las hay de hotel urbano, cinco estrellas y agroturismos.

En todos esos casos podrán seguir usándolas, pero si alguna vez las dan de baja, no se incorporarán a la bolsa a la que hay que acudir para poder abrir nuevos alojamientos turísticos. "La única opción es decrecer", ha certificado Barceló. "Se fija por primera vez un techo legal de plazas turísticas. De aquí en adelante solo se admiten las plazas que hoy existen. Desde hoy cada vez que se incorpore una plaza turística se tendrán que dar de baja otra. Esto hasta ahora no era así: había muchas excepciones, como hoteles de cinco estrellas, los de ciudad, agroturismos, alquiler. Eso cambia: no se puede crecer más. Se ha acabado el incremento del turismo sin límites que permitía la ley de 2012 (Bauzá PP)"

Más multas, aunque quizá no para los plurifamiliares

Aunque el eje clave de la reforma del Govern es la capacidad inspectora y sancionadora que incorpore. A partir de ahora solo podrán anunciarse en AirBNB y agencias de alquiler vacacional digitales o físicas las viviendas que cuenten con un número de registro de turismo. Quien se publicite sin tenerlo, se expone a una multa por infracción grave de entre 20.000 y 40.000 euros. Además los inspectores lo tendrán más fácil: les bastará con comprobar que la vivienda anunciada no tiene ese número de registro para iniciar el expedientes sancionar. Para disuadir además a las plataformas de anunciar viviendas no autorizadas, la reforma aprobada hoy fija sanciones de entre 40.000 y 400.000 euros a las webs turísticas que incorporen oferta no autorizada. Queda la duda de, si con ese cambio de planes de última hora aprobado por Podemos, PP y Ciudadanos, es posible o no sancionar a los pisos en plurifamiliares con multas más altas.

La nueva ley se completa con otra serie de medidas destinadas a acabar con la especulación turística y urbanística. Por ejemplo, cada propietario podrá como máximo dedicar a arrendamiento turístico tres viviendas. Además, solo se podrán comercializar entre viajeros inmuebles construidos hace al menos cinco años.

Vecinos denunciando a vecinos

Para garantizar la convivencia, las comunidades de vecinos deberán dar su visto bueno al alquiler vacacional. Bastará con que la mayoría de los propietarios estén de acuerdo, pero sin su apoyo no se autorizará. Y una novedad más: el Govern se compromete en la nueva a reforzar la inspección contra la actividad ilegal y creará un registro en el que los ciudadanos podrán denunciar el alquiler ilegal de otros vecinos.