En 2014 debería haberse reformado el modelo de financiación de 2009, pero no se hizo. Ni en 2015, ni en 2016. Aunque parece que el Gobierno central, presidido por Mariano Rajoy (PP),hará amago de intentarlo en 2017: según explica la consellera de Hacienda de Balears, Cati Cladera (PSIB-PSOE), en enero se acordó crear un grupo de expertos de las comunidades para definir trazos del nuevo modelo. Ese trabajo se presentará en agosto y luego empezarán las negociaciones políticas, en las que el Govern tiene claros los objetivos. El primero es la llamada "ordinalidad fiscal", es decir, que si eres la segunda comunidad que más aporta por habitante, seas también la segunda que más recibe. O incluso la tercera o la cuarta, pero nunca la novena, como es el caso actual. "También queremos más autonomía fiscal: recaudar más aquí y gestionar más los impuestos y el reparto aquí", defiende Cladera, que sintetiza el hartazgo de la comunidad más generosa, a la que luego le hacen las cuentas en Madrid. Para corregirlo, Balears ha pedido la condonación de su deuda por el Estado, para compensar décadas de financiación por debajo de la media (cuando no a la cola, como ocurrió hasta 2009).