Conseguir un cargo público a través de un partido no sale gratis. La mayoría de formaciones políticas exigen una suculenta mordida del sueldo de las personas que han colocado en las administraciones públicas para financiar el partido. Una práctica legal, pero que en algunos casos ha hecho que más de un cargo haya decidido renunciar. La coalición Més es la formación política que más exprime a sus cargos, llegando hasta el 15% del sueldo en el caso de consellers y directores generales. Le sigue el PSOE con un 10% y Ciudadanos (C's) con un 8%. Muy rezagados se quedan los del PP, que piden a sus políticos que solo pasen un 3% de su sueldo. Estos datos son los ofrecidos por los propios partidos políticos del arco parlamentario balear.
Podemos no funciona mediante porcentaje. Solo permite cobrar a sus cargos políticos un máximo de tres veces el salario mínimo, una cantidad que a la larga fácilmente se puede convertir en que deban entregar a la formación entre el 20% y el 30%. El remanente de los tres salarios mínimos interprofesionales son enviados por los cargos podemitas a la Fundación Instituto 25M, entidad sin ánimo de lucro que oficialmente invierte el dinero en proyectos sociales. Sin embargo, informaciones procedentes de Madrid apuntan a que también han desviado fondos de esta entidad a sufragar campañas electorales.
El único partido que no exige mordidas para exprimir a sus cargos políticos es El Pi. La formación que lidera Jaume Font decidió hacerlo así y lo aprobó a través de sus órganos de decisión para esta legislatura. Su financiación se sustenta con el dinero que les otorgan las instituciones en función de la representación conseguida en las elecciones.
Més tiene establecidas hasta tres franjas de mordida. Sus cargos declaran ante Hacienda que destinan esta parte del sueldo al partido. Hay franjas que van del 7%, pasando por el 10% y llegando hasta el 15% del sueldo bruto y en función de la cantidad que cobre cada cargo.
Mediante esta fórmula progresiva, similar a la del IRPF, nos podemos encontrar que directores generales y consellers de Més en el Govern, así como el propio vicepresidente Biel Barceló, lleguen al máximo de la aportación que exige el partido que es el 15%. Ello significaría entre 600 y 800 euros mensuales que estos altos cargos envían a la coalición para su financiación. En Més todos los cargos de Consell, Govern y Parlament, incluidos asesores, están obligados a pasar por caja.
Según ha podido saber este periódico, algunos cargos de Més que son funcionarios han comentado que a raíz de la mordida del partido pierden "bastante dinero siendo director general".
El PSOE también tiene establecidos tramos progresivos en función de la cantidad que cobre cada cargo político. Estos tramos van del 3% al 10%. Por ello, por ejemplo, la presidenta del Govern, Francina Armengol, puede llegar a pasar al partido una mordida de su sueldo que supere los 600 euros. En el PSOE explican que esta aportación económica "es voluntaria" y que representa casi el 40% del presupuesto de los socialistas isleños.
Tanto ecosoberanistas como socialistas incluyen a sus asesores en la mordida, mientras que otros partidos, como es el caso de Ciudadanos, solo a los cargos electos. Se da la circunstancia de que el partido que lidera Albert Rivera antes pedía a sus políticos un 10% de su sueldo neto. En febrero, la formación naranja decidió cambiar esta asignación y la fijó un 8% del sueldo bruto.
El PP, después de El Pi, es el partido que menos exprime a sus cargos políticos. La formación conservadora solo les pide un 3% del sueldo bruto, tanto de cargos electos, cargos en el Govern y en el Consell y también a los asesores. Los populares explican que este porcentaje se fijó cuando la formación tenía muchos cargos durante la pasada legislatura.
En la totalidad de partidos dejan que los concejales de ayuntamientos gestionen las mordidas para los gastos locales.
