Uno de los problemas recurrentes del área quirúrgica de Son Espases es la prolongación de las intervenciones quirúrgicas, circunstancia que se da en una de cada cinco operaciones programadas para cada día, revela José Valdivia, subdirector de este departamento en el hospital de Son Espases.

"Entre el 16% y el 20% de las intervenciones de cada día, una de cada cinco, no han finalizado cuando acaba nuestra jornada laboral a las tres de la tarde, lo que provoca algunos inconvenientes con el personal que participa en ellas y tiene otras obligaciones, ya que tiene que ser sustituido de manera urgente porque el paciente no puede esperar", revela el responsable quirúrgico.

En una operación, detalla, intervienen dos cirujanos, tres enfermeras, una auxiliar y un anestesista. Y explica que estas prolongaciones imprevistas no están remuneradas. Al contrario que una actividad extraordinaria realizada en horario de tarde (conocidas popularmente como peonadas) que sí es pagada como si de horas extra se tratase, esta prolongación inesperada no lo es. Así si todo el equipo quirúrgico sale a las seis de la tarde del quirófano, no percibe ningún emolumento por ello.

Sí se remuneran las cirugías programadas en sesiones de mañana y tarde, operaciones de extrema complejidad que se prolongan durante hasta doce horas para tratar, por ejemplo, tumores en extendidos por todo el abdomen y que, pese a no ser curativas, alargan la vida del paciente de seis meses a cinco años en algunos casos.

"Pero el problema no es ese. El problema es que en estos meses de verano es muy difícil encontrar enfermeras sustitutas especializadas en quirófanos", lamenta Valdivia, que resalta que este esfuerzo para programar más intervenciones en este verano con el objeto de reducir las listas de espera ha obligado a que cirujanos y otros empleados sanitarios tengan que renunciar a cogerse sus vacaciones en los meses estivales.

"En algunos casos, muy pocos, no sé precisar cuántos, habrá que buscar cirujanos sustitutos porque los titulares están de vacaciones", revela antes de recalcar que todo este incremento quirúrgico afecta a intervenciones programadas.

"También habrá actividad quirúrgica extraordinaria por las tardes, pero todavía estamos cerrándola. No sabemos todavía el número de peonadas que haremos, dependerá mucho de la disponibilidad de recursos humanos", matiza Valdivia que, no obstante, garantiza que este verano no se sustraerá al plan de choque implantado en noviembre de 2015 que abrió la puerta a esta actividad quirúrgica vespertina remunerada aparte para reducir unas inmanejables listas de espera.

Sin especialistas

"Cuesta trabajo cubrir el personal para las operaciones programadas, especialmente a los trabajadores especializados, por lo que la actividad extraordinaria se deberá nutrir de empleados del turno de mañana", sugiere recordando que la realización de estas peonadas es voluntaria.

"Lo que está claro es que la epidemia de gripe de este invierno ha tenido un impacto muy negativo en la actividad del hospital. Y este verano teníamos que recuperarnos un poco, no podíamos rebajar la actividad quirúrgica en estos meses, como tradicionalmente se hacía", sostiene un subdirector quirúrgico que quiere resaltar el "esfuerzo" y el "compromiso" de los jefes de servicio con el loable objetivo de que la gente espere menos.