La mujer sufre muchos tipos de discriminación en el trabajo, pero entre los más graves está el vinculado a la maternidad, según coinciden en señalar la secretaria de Acción Sindical de CC OO en las islas, Eva Cerdeiriña, y la responsable de Políticas Sociales e Igualdad en UGT-Balears, Xisca Garí. Una mujer, especialmente en la franja de edad de 30 a 45 años, va a sufrir a lo largo de su carrera profesional muchos más problemas que un varón no solo para acceder a un empleo, sino muy especialmente para lograr su promoción interna, especialmente si tiene hijos o está al cuidado de algún familiar.

Xisca Garí pone como ejemplo algunos casos que han tenido que ser abordados desde su sindicato en las islas: trabajadoras embarazadas que, pese a estar blindadas ante un despido, son presionadas o ven como empeoran sus condiciones laborales para que acepten irse a cambio de una compensación económica; madres que han optado por reducir su jornada para el cuidado de los hijos que son despedidas o que sufren también presiones para que a cambio de una indemnización acepten salir de la empresa; o campañas de "acoso y derribo", con aperturas de expedientes disciplinarios o amonestaciones "absurdas y no justificadas" para así deshacerse de ellas.

Según las representantes sindicales, la ausencia de conciencia social en estos casos es flagrante: algunas empresas se niegan a aceptar el coste que les suponen las medidas de protección y de conciliación familiar que se han diseñado para las madres, e incluso penalizan a las mujeres "en previsión" de que vayan a tener un hijo a partir de según que edades.

En este tema, hay de fondo también un problema que va más allá del mundo empresarial y que da de lleno en el conjunto de la sociedad: el cuidado de los hijos o de las personas mayores sigue recayendo por sistema sobre la mujer, quedando los varones al margen. "Aunque no es legal, hay selecciones de personal en la que se pregunta a las mujeres si quiere tener hijos, algo que no sucede nunca con los varones", añaden.

Pero la lista va mucho más lejos: la mujer cobra salarios más bajos (la media en Balears durante 2015 era de 19.517 euros anuales para ellas y 23.411 para ellos); se limita su acceso a algunas profesiones "masculinizadas" y en cambio hay otras que parecen limitadas para ellas (como camarera de piso); o sufren acoso sexual en su puesto de trabajo.

¿La solución? En principio, mucha más formación desde la infancia sobre estos temas, y más servicios, como guarderías, para facilitar la conciliación de la vida laboral y la familiar. Porque según se afirma, queda mucho por hacer.