Hay al menos dos requisitos para que un establecimiento sea considerado turismo interior: estar ubicado en el casco antiguo de un nucleo urbano y en un edificio cuya construcción sea anterior al 1 de enero de 1940 "o estar catalogado por sus valores patrimoniales histórico-artísticos", según especifica la normativa vigente.
Este tipo de alojamientos no están obligados a someterse al sistema de clasificación por estrellas de los hoteles convencionales, aunque pueden hacerlo voluntariamente. Pero tienen una limitación que se saltan con cierta frecuencia: no pueden comercializarse como hoteles.
La conselleria de Turismo prevé inspecciones y sanciones económicas en caso de que algún establecimiento se salte esta restricción.
Cada municipio puede autorizar la construcción de un alojamiento de turismo interior si así lo prevé su plan general urbanístico. La conselleria de Turismo entra en juego con posterioridad para conceder la licencia una vez el propietario haya cumplimentado el DRIAT.
Mallorca vive una especie de 'boom' con respecto al turismo interior, pero es Palma el municipio que lidera el crecimiento de esta opción. La capital vive un goteo ininterrumpido de hoteles 'boutique', con predilección por el casco antiguo. Diecisiete de los 27 proyectos que entraron en la conselleria de Turismo en 2016 se levantan en la capital. Este año, a 31 de mayo, son exactamente la mitad: doce de 24.
Se trata en muchos casos de inmuebles familiares reconvertidos en establecimientos turísticos por pequeños empresarios. De momento las grandes cadenas hoteleras siguen más interesadas en la costa y en los núcleos turísticos tradicionales.
