La Santa Sede ha hecho público este mediodía el nombramiento del arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer (Manacor, 1944) como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente de la Comisión Pontificia “Eclesia Dei”, de la Comisión Pontificia Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional de las que hasta ahora era secretario general. Ladaria sustituirá al cardenal alemán Gerthard Ludwig Müller, al que Francisco no ha renovado el mandato tras cumplir su primer quinquenio al frente de este trascendental dicasterio vaticano.

El arzobispo manacorí, jesuita como el papa Bergolio, se convierte con este nombramiento en una de las piezas claves del entramado vaticano y de la forma de gobierno del pontífice argentino que le confía nada menos que la dirección de la línea teológica y doctrinal de su pontificado. Resulta significativo que Francisco no haya renovado el mandato a Müller uno de los cardenales más críticos con la apertura desplegada por el Papa. Siempre en los términos de la diplomacia vaticana, estas diferencias quedaron patentes el año pasado con las declaraciones que hizo el cardenal alemán en Mallorca con motivo de los actos en honor de Ramon Llull.

Con este nombramiento, Luis Francisco Ladaria se convierte en el mallorquín de mayor rango eclesiástico de toda la historia. Solo puede ser equiparado ya al cardenal Despuig con la particularidad de que, en términos prácticos, su posición al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, le da mayor poder de decisión y resolución. Con esta designación, Ladaria está llamado también, de forma implícita, al cardenalato. Su nombramiento como cardenal se da por seguro en el próximo consistorio papal y, por razones de edad, puede desempeñar un papel clave en el cónclave que deberá elegir al próximo Pontífice romano.

Se acaba el tradicional silencio y discreción de Luis Francisco Ladaria. Con toda probabilidad, él se esforzará en mantener la misma actitud, pero la relevancia de su cargo le pone en el punto de mira permanente. Sus palabras, gestos y silencios se convierten en permanente centro de atención.

Ladaria, que ya fue hombre de confianza de Benedicto XVI cuando el papa Ratzinger ocupaba el cargo que él asume, se licenció en Derecho en Madrid y después ingresó en los Jesuitas. Se doctoró en teología en la Universidad Gregoriana de Roma, en la que después ha ocupado distintos cargos. El 9 de julio de 2008 fue nombrado secretario de la congregación para la Doctrina de la Fe, que ahora pasa a encabezar, y adquirió el rango de arzobispo.