-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Sus enemigos dirán que siempre trabajó en la ficción?"

-Al revés, la herramienta de la ficción explica más cosas que el Parlament. Lo que en Balears se vende como política o información es un cuento de hadas.

-Le persiguen los editores que le rechazaron.

­-Envié Crui a quince editoriales barcelonesas, mallorquinas y valencianas. Solo recibí dos respuestas negativas y razonadas, los otros me ignoraron porque no pertenezco al star system de los cenáculos. Es un calvario que comparto con otros autores de la periferia literaria. A raíz del premio tengo a siete editoriales en fila india, cuatro de ellas conocidas por todo el mundo. Me he sentido abandonado como creador y abrumado como premiado, esto demuestra que puede haber talento oculto.

-¿El Crexells es más excitante que ganar un escaño?

-No hay punto de comparación. El Crexells es el premio más antiguo en catalán, desde 1927 lo han ganado Rodoreda, Sagarra o Cabré. Es perenne, pertenecer a un Parlament regional es una anécdota.

-¿Qué es 'Crui'?

-Intenta atrapar a Europa y Balears desde 1920. Demuestra cómo personas sin escrúpulos mudaron de piel y de identidad. Se reciclaron y se aprovecharon de la buena fe ajena para prostituir territorios como el nuestro a través del turismo.

-Han prostituido hasta su ecotasa.

-Fuimos pioneros al proponerla, hoy llegará a pagar cosas increíble como un trofeo a cazadores o una cena de la tercera edad. Estoy en contra del fraude en general. El Govern es un gran dador de ruedas de prensa superguays, y después nos deja sin protección frente a los halcones del sector turístico. Dado que disponen de las herramientas para cambiar, si no lo hacen son colaboracionistas como ocurrió con los nazis.

-¿Cuántos años le da a este Pacto de Progreso?

-Le doy hasta el 2019, por la creciente insatisfacción de los votantes. Esperaban una política seria progresista, y resultará que se pueden hacer autopistas de izquierdas.

-¿Si hoy entrara en política lo haría con Podemos?

-Es una hipótesis impensable. Me considero libertario, y el Podemos real está muy alejado de la marca Podemos. Mi etapa política acabó, hoy vivimos un colapso democrático.

-¿Se ha pasado a la novela porque nadie lee ensayos?

-He publicado cinco ensayos, cuatro de ellos sobre proyectos críticos. Me permitieron viajar, dar conferencias en Centroamérica pero nunca en la UIB, lo cual da idea de su calidad académica y ética ahora demostrada.

-¿Mallorca se rebela contra la saturación?

-Nunca hubiera imaginado que la resistencia individual contra el turismo sería cada vez más importante, para proteger el derecho a vivir en nuestra tierra. Se está articulando una situación para que Mallorca tenga futuro, o todo estallará. Las instituciones son irrelevantes para cualquier cambio, no dejan de acudir a ferias turísticas ni de promover jornadas de sostenibilidad al servicio del hampa.

-El "sacrosanto turismo", lo llama Biel Mesquida.

-Desde pequeños nos instruyen en que "Balears es turismo". En mi novela intento llamar la atención de que esta operación solo fue posible en un clima de guerra fría, en que Franco pacta con los operadores turísticos. La corrupción es el último vestigio del franquismo.

-Desde Airbnb, hoteleros somos todos.

-Pues debo pertenecer a la minoría, porque vivo de alquiler. Es el truco del capitalismo, hacerte creer que te tocará algo aunque seas el último eslabón. Hemos doblado el número de turistas desde la época de Cañellas y somos más pobres que entonces. Por debajo de Aragón, que no tiene turismo. Los mallorquines estorbamos a la industria turística, y el alquiler vacacional expulsará a pensionistas y menores de cuarenta años. Cada vez vivimos peor en nuestra casa, a quienes montan este negocio les importamos un rábano.

-A su verdugo Pilar Costa no le gustará la novela.

-La presidenta de Balears me ha felicitado y se ha hecho seguidora mía en twitter, también la consellera de Cultura y el alcalde de Inca.

-Pero no Pilar Costa.

-No, supongo que está muy atareada, y la cultura no es una de sus preocupaciones.

­-¿Aceptaría el Premio Planeta?

-En el Crexells te escogen, al Planeta te has de presentar. Soy una persona humilde, que no juega en la Liga de los premios entregados de antemano.

-Ya es literato, una profesión de derechas.

-Soy un conservador de centro derecha, me gusta el planeta que tenemos y no me gustan los radicales de las finanzas o el turismo. Soy consecuente, los revolucionarios destructores son ellos.