El Govern del Pacto de izquierdas llega al ecuador de la legislatura con motivos para la preocupación: según la encuesta realizada para la ocasión por la Fundación Gadeso, el 43% de los ciudadanos de las islas consideran que, hasta ahora, la gestión del Ejecutivo presidido por Francina Armengol ha sido mala, frente a apenas un 20% de encuestados que la ensalzan como positiva y un 37% de baleares que responden que la acción de gobierno se queda en un "regular". El sondeo proyecta así sobre el Govern más sombras que luces.

Aunque la situación con la que el Ejecutivo de PSOE y Més (apoyados desde el Parlament por Podemos) llega a la segunda parte de la legislatura es mejor que la que reflejaba la encuesta de medio mandato del PP de José Ramón Bauzá, los analistas de Gadeso consideran que muchos de quienes confiaron en las formaciones de izquierdas "se sienten frustrados por la falta de los resultados prometidos", percepción que se ve además ensombrecida por los desencuentros que han protagonizado entre sí los partidos del Pacto, tanto por la pugna del PSOE y Més con Podemos, como por los propios desencuentros entre PSOE y Més dentro del Govern.

Al cóctel de decepción y guerras intestinas se le suma el escándalo que está marcando los últimos meses, la adjudicación de contratos a dedo al jefe de campaña de Més por parte de consellerias administradas por políticos de Més. La sucesión de irregularidades en los contratos tuvo su última entrega esta misma semana, cuando Diario de Mallorca desveló que el Govern ocultó a la opinión pública la parte más crítica del informe de la Intervención General de la Comunidad sobre las contrataciones a favor de Jaume Garau, concretamente, el anexo en el que los técnicos califican de "fraude de ley" la adjudicación al jefe de campaña de Més de contratos que fueron objeto de un "fraccionamiento ilícito".

La combinación de factores negativos tiene reflejo en la encuesta de Gadeso, que se basa en 900 entrevistas realizadas en junio, con un margen de error del 3,3%. Si se analiza la percepción según el partido al que los encuestados votaron en las últimas elecciones, destaca la visión crítica con la acción de Govern de quienes apoyaron a Podemos: el partido al que votaron no quiso entrar en el Ejecutivo de Armengol, a la que respalda (y censura a la vez) desde el Parlament, razón que quizá explique que solo el 54% de sus simpatizantes crean buena la gestión del Pacto, frente al 17% que la califican directamente de mala.

Tampoco se ve del todo contentos a quienes en 2015 votaron a Més, que en un 60% de los casos califican de "buena" la gestión (ligeramente más positivos que los de Podemos), mientras un 11% la tachan de mala y un 29% apuestan por el regular. Los más satisfechos del Pacto con el propio Pacto son los votantes socialistas, quizá también porque sus representantes políticos no se han visto involucrados en escándalos como los de Més o en peleas entre facciones del partido, como Podemos (que llegó a echar a su propia presidenta del Parlament, Xelo Huertas). El resultado es así que el 77% de quienes votantes al PSOE en 2015 están contentos con la acción del Ejecutivo que preside su líder, Francina Armengol. Y solo un 5% califican de "mala" la gestión, frente al 11% de Més o el 17% de Podemos.

Fuera del Pacto, la imagen del Govern es aún peor. El 94% de quienes votaron PP tachan de "mala" la primera mitad de legislatura, percepción similar a la que muestran en Ciudadanos. En El Pi, en cambio, el 47% de los votantes critican al Govern, pero el 21% creen que lo está haciendo bien.

Gusta la ecotasa

Si se va al detalle, en busca de la percepción sobre las medidas concretas del Govern, se observa que lo que más respaldo genera es la ecotasa: el 64% de los ciudadanos están a favor de su implantación. Además, más de la mitad de la ciudadanía, el 58%, apoyan el pacto por la competitividad y el progreso social y la mitad casi exacta está a favor tanto de la renta social que se ha creado para las personas sin recursos como con la devolución de las tarjetas sanitarias a los inmigrantes sin permiso de residencia. Y lo que menos gusta de todo es la regulación del alquiler turístico, que solo agrada al 28% de los ciudadanos, mientras desagrada al resto (probablemente a muchos porque la ven poco dura en el control del alquiler ilegal y otros muchos justo por lo contrario).

Con todo, ningún político de las islas aprueba. La más querida y conocida es la presidenta, Francina Armengol, que aún así se queda en un 4,6 sobre 10, muy por encima de su gran rival de cara a las próximas elecciones: Company, del PP, saca una nota de 3,3.