La manera de comprar lo cambia todo: las relaciones, la movilidad, el uso del territorio, el urbanismo, el reparto del dinero, los gustos, el tráfico. Se vio con el inicio del desarrollo de las grandes superficies comerciales (opción que sigue creciendo: hace menos de un año que en la isla abrió Fan Mallorca Shopping) y lo seguimos viendo con cada comercio tradicional que cierra y es sustituido por una franquicia de alguna empresa multinacional.

Pero ahora la nueva tendencia en los hábitos de consumo no se ve a simple vista porque es un acto íntimo, que hace cada uno en su hogar, cuando quiere y cómo quiere: es el comercio electrónico, que tritura horarios y fronteras.

¿Cómo ha reaccionado Mallorca a la irrupción de esta nueva manera de comprar? Se ha entregado. Ha vencido las dudas iniciales y se ha entregado: los mallorquines son los españoles que más compran en internet.

Un 37,4% de los habitantes de Balears dice haber comprado algo on-line en el último mes, el porcentaje más alto del país, unas décimas superior al del País Vasco y a más distancia de Navarra (34%), Cataluña (33%) y Madrid (32%), según el último informe del Instituto Nacional de Estadística, publicado en 2016.

La mayoría de los isleños gastan entre 100 y 500 euros por adquisición y antes de hacerlo "siempre o casi siempre" comparan precios entre distintas webs.

Afición a Amazon

¿Y dónde compran? La mayoría dice hacerlo a "vendedores nacionales", pero las cifras prueban que muchos mallorquines caen en la reina indiscutible de las ventas on-line: Amazon, la compañía nacida en Seattle que supera a los grandes almacenes con los que nuestros abuelos ya alucinaron en su momento ´porque había de todo´.

Solo los madrileños superan a los baleares como consumidores de esta plataforma, donde se adquiere desde un dron a un chupete, una cortina de ducha, galletas o los libros de texto para el niño. El consumo virtual de los isleños en esta web supera en un 28% a la media estatal.

Una de las posibles explicaciones a esta predominancia de Balears es la insularidad, que deja internet como única manera para conseguir determinados productos. La elevada proporción de residentes extranjeros también puede influir, ya que los canales on-line les permiten recibir en su casa de Mallorca productos de su tierra de origen.

Otra hipótesis, según se recoge en un informe del Observatori Balear de la Societat de la Informació (OSBI), es que los insulares ya están acostumbrados a adquirir billetes de avión por internet desde hace muchos años.

¿Qué compran?

De hecho, billetes de avión y estancias vacacionales es el servicio más contratado en la red por los mallorquines. Hablando de productos, los isleños acuden a internet para comprar sobre todo material deportivo y ropa; entradas para espectáculos y equipos electrónicos.

En Amazon, Balears despunta como la comunidad que más artículos para el hogar (menaje, electrodomésticos de cocina...) ha adquirido por habitante: un 57% por encima de la media nacional. El archipiélago también es la autonomía que más productos de alimentación adquiere per cápita en Amazon.es.

Calvià, libros; Eivissa, música

Datos llamativos: Calvià es la ciudad que más libros compra en proporción con su número de habitantes; Eivissa es la que más juguetes y música adquiere; y Maó destaca por su consumo de equipación deportiva.

Una de las consecuencias más directas de este auge es cómo ha afectado al comercio tradicional, que tiene que asumir, una vez más y como en todos los ámbitos, que la cuestión es ´adaptarse o morir´.

Así lo ven desde la patronal del comercio Afedeco. Su presidente, Rafael Ballester, lo ejemplifica acudiendo a un caso cercano: "Mi hijo tiene 15 años y estoy seguro de que cuando tenga 25 no se comprará nada en una tienda física". Para él, las únicas opciones de futuro de las tiendas que representa vendrán por "la especialización y la modernización". ¿Y lo están haciendo los comercios de la isla? Algunas. Ballester cita el clarísimo ejemplo de éxito de Perfume´s Club.

El origen de este negocio mallorquín de perfumería se remonta a1945. Y en 2009, estando en manos de la tercera generación de la misma familia (Gerard y Pedro Cañellas), dio el salto a la red. Ahora vende fragancias a toda Europa desde su sede de Palma, además de suministrar a otras empresas. Cerró el 2016 con una facturación de 78 millones de euros, un 40% más que el año anterior.

No están solos. No son los únicos que han afrontado la renovación y el mundo virtual. Algunos de los comercios más emblemáticos de Palma se han subido al carro de las ventas virtuales, como la ferretería La Central del barrio de Santa Catalina (a punto de cumplir los 110 años de historia) o la tienda de artículos de pesca Ca´n Sion (fundada en 1878).

Una adaptación difícil

Hay más ejemplos. Pero es un hecho que para la mayoría de comercios esta transición es un proceso difícil de abordar y algunos no saben ni por dónde empezar si han de hacerlo en solitario, razona Ballester.

Por eso en los próximas días la patronal dará a conocer el acuerdo que ha firmado con una plataforma de venta on-line (Ventajon.com), que les facilitará temas como la logística o las pasarelas de pago.

También así tratan de recuperar terreno frente a Amazon, que además de vender productos, posibilita a cualquier empresa mallorquina ofertar sus productos a un público mundial a través de su web, como ya lo hacen los dos ejemplos que figuran en la siguiente página.

De momento, hay una decena de compañías del archipiélago que ya tienen su escaparate en Amazon Marketplace y según la compañía "en el último año han multiplicado por cinco sus ventas".

Ahora que es obvio que esta manera de comprar y vender no hará sino crecer , desde Afedeco señalan la importancia de que la UE ponga ya unas normas claras para, entre otras cosas, evitar la competencia desleal.

El pago de impuestos

Aunque el presidente de la patronal razona que las empresas como Amazon o Alibaba hacen temblar más a las grandes superficies que a los comercios medianos y pequeños, Ballester se suma a la exigencia de que la Unión Europea supervise que efectivamente pagan en España, y en cada país de la UE, los impuestos que les corresponden.

Desde Amazon están acostumbrados a este reproche, que replican tirando de argumentario: "Pagamos todos los impuestos aplicables en cada una de las jurisdicciones fiscales en las que desarrollamos nuestra actividad".

Otra de las consecuencias del auge del comercio electrónico es el evidente y exponencial aumento de la actividad de las empresas de mensajería: los paquetes no llegan solos a los compradores.

Impacto en el sector logístico

Lo confirman por ejemplo desde Seur, que sigue con atención el desarrollo del consumo en las redes: "En Europa una de cada diez compras se hace por internet".

"El crecimiento imparable del comercio electrónico ha tenido sin duda un impacto en el sector de la logística y el transporte", señala Joaquín López, director regional de Seur en Balears: "En fechas clave (como Navidad o las rebajas) la actividad ha aumentado más de un 30% y puede llegar a duplicar los volúmenes de un día normal". En estos periodos, se ven obligados a reforzar los equipos para asumir la gran cantidad de paquetes que deben repartir.

Ése -los mensajeros que van de un sitio a otros cargados de paquetes- es el único síntoma visible de esta nueva y discreta manera de comprar, que se hace desde el hogar y elimina la interacción humana: solo hace falta una tarjeta de crédito, conexión a internet, un dispositivo conectado y un dedo que haga ´clic´ sobre el botón de ´Comprar´.