Mallorca está un poco más cerca de Tánger. Tan solo una hora y media en avión separa a Palma de la ciudad marroquí gracias al nuevo vuelo puesto en marcha por la agencia de viajes Saif Travel, y que opera la aerolínea AlbaStar, que fue inaugurado el pasado jueves. Una delegación mallorquina, integrada por autoridades y empresarios, estrenó el enlace y realizó una visita a la capital marroquí del Estrecho, con el fin de estrechar lazos y explorar su potencial para invertir.

La maratoniana jornada arrancó con un encuentro de empresarios en la Cámara de Comercio de Tánger, donde la patronal tangerina dio a conocer la bondades de su ciudad para apostar por ella.

El presidente de la Cámara de Comercio de la región de Tánger, Omar Moro, presumió de la modernización que ha experimentado la urbe, sobre todo del impulso que se han dado a sus infraestructuras, y se congratuló de la puesta en marcha de la conexión aérea. "Facilitará el refuerzo de las inversiones y abre nuevos cauces de comunicación", señaló.

"La tecnología ha demostrado que las distancias ya no existen", señaló al respecto el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, quien destacó que gracias a la nueva línea "se abre un mar entero de oportunidades para las dos regiones". En este sentido, subrayó que Balears es una región puntera a nivel turístico que "nos ha hecho exportar conocimiento a todo el mundo".

Un conocimiento, que a buen seguro, será bien recibido por empresarios y autoridades de Tánger, que se mostraron abrumados por las cifras que cosecha Balears."Tenemos mucho que aprender de vosotros que vais a recibir este año cerca de 30 millones de turistas", señalaron, cuando ellos tienen medio millón al año y aspiran alcanzar los tres millones en 2020.

Por su parte, la cónsul de Marruecos en Palma, Hanae Saadi, celebró lo que para ella es una "jornada histórica", al ver hecha realidad la conexión directa con Tánger tras una década reivindicándola. Una línea que tendrá un vuelo semanal durante todo el año, que a su juicio beneficiará a la comunidad marroquí en Mallorca, unas 40.000 personas, 26.000 en Palma, de los que el 40% proceden de esta región de Marruecos. El periplo continuó con un encuentro de la autoridades con el alcalde de Tánger, con quien su homólogo palmesano, José Hila, acordó firmar un convenio de colaboración para impulsar las relaciones entre ambas urbes.

Visita al puerto

Tras el almuerzo, la delegación mallorquina realizó una fugaz visita a la Kasbah y a la sinagoga y pudo disfrutar de un callejeo por las abigarradas calles tangerinas, que concluyó en la joya de la corona de las infraestructuras de la ciudad, el prometedor puerto urbano, aún en construcción, que albegará zona de pesca, ocio, una marina con hasta 1.400 amarres, terminal para pasajeros -ferris y cruceros- viviendas y hasta un palacio de congresos.

El séquito mallorquín pudo disfrutar además de las vistas desde el faro de cabo Espartel, donde confluyen Mediterráneo y Atlántico, así como de algunos de los rincones más lujosos de la ciudad. El periplo concluyó con una cena en la que los invitados pudieron vivir de cerca la ruptura del ayuno de los súbditos tangerinos, que se hallan en pleno Ramadán.