La Audiencia de Palma ha vuelto a respaldar al juez Penalva y lo hace en un momento clave del caso. El tribunal rechaza el último recurso planteado por la defensa de Cursach y ha decidido, no solo que debe seguir de momento en prisión (lleva más de tres meses en la cárcel), sino que la investigación debe continuar secreta.

El tribunal, en apenas cinco días, ha resuelto el recurso sobre el que el empresario había depositado todas sus esperanzas de salir de prisión. Su abogado defensor había denunciado al tribunal que la situación de Cursach era insostenible, por cuando se sentía indefenso porque el secreto de las diligencias le impedía conocer las pruebas concretas que pesaban sobre él, además de denunciar que el juez instructor esta abusando de esta herramienta que le concedía la ley.

El juez Penalva se negó a levantar el secreto de la investigación y a dejar en libertad al empresario por varias razones. Entendía el magistrado que Cursach tenía medios económicos más que suficientes y contactos en el extranjero (viajaba con frecuencia a Brasil) para plantearse que pudiera huir. Y también hizo hincapié en los numerosos y constantes episodios de amenazas que han sufrido los testigos que han declarado en la investigación, que eljuez relacionaba directamente con el entorno del empresario.

La Sala detalla todas las razones por las que la ley justifica, por un lado, el secreto de sumario y, por otro, la decisión judicial de ordenar el ingreso en prisión de un investigado. La resolución judicial explica que "se cumplen todos los parámetros legales" para mantener en prisión de Cursach, desde el momento en el que, "fruto de las diligencias de investigación practicadas existen indicios racionales de criminalidad" contra el empresario Cursach.

La Sala no coincide con la defensa, sino más bien con el fiscal Subirán, cuando considera que existe un claro riesgo de fuga "derivado de las elevadas penas que en su día podría corresponder de llegar a acreditarse los hechos". Esta situación se añade, según especifica el tribunal, "a la existencia de medios económicos del investigado y a la constancia de viajes al extranjero en momentos anteriores a su detención".

Tampoco se olvida el tribunal de la Audiencia de citar los episodios de amenazas que se han producido desde que Cursach está privado de libertad. Se coincide con el juez Penalva de que estos agresores no actuarían "de forma unilateral", sino que lo harían en "el marco del grupo al que pertenecen en cuya cúpide se encuentra" el empresario Cursach. Esta circunstancia, según la Audiencia, justifica la necesidad de "conjurar el riesgo de alteración de pruebas, evitando la contaminación de quienes han de declarar en el juzgado".