La consejera delegada de Riu, Carmen Riu, admitió ayer que no sabe si la decisión de comprar el Edificio España fue "un acto de confianza", ante el buen momento que atraviesa el sector turístico, o se trató de "un acto de locura" después de un tiempo buscando localizaciones para su primer hotel urbano en España.

La compañía estima que el Riu en Edificio España supondrá un crecimiento aproximado del 6% para su marca urbana, ´Riu Plaza´, un establecimiento en el que apostará por la "versatilidad" con el objetivo de atraer a todo tipo de turistas, con un hotel de cuatro estrellas superior. Además, contará con una azotea de 1.500 m2 y otros 11.000 m2 se destinarán a instalaciones para acoger eventos.

El hotel Riu, que la cadena mallorquina tiene proyectado en el emblemático edificio de Madrid, será un cuatro estrellas, de "entre 600 y 650 habitaciones", según confirmó ayer su consejera delegada tras intervenir en la jornada Retos del sector turístico organizada por Funcas.

Riu apostó por la remodelación de los destinos maduros españoles con el objetivo de enfocar al sector en la mejora de la calidad turística, sobre todo en lo que se refiere a los estándares de calidad precio, tanto en el ámbito del lujo como en el de clase más económica. "La idea de que solo queremos clientes de cinco estrellas es mentira", añadió. Para ello, recalcó la necesidad de la colaboración público-privada para la mejora de establecimientos y destacó también la importancia de la "seguridad" que se ofrece al turista, ante el actual contexto geopolítico.

Riu abogó por una prohibición de los "alojamientos turísticos irregulares", yendo un paso más allá que el resto de ponentes que reclamaron una regulación al entender que "prohibir" no es la solución. "La única manera de controlar las irregularidades de las viviendas turísticas, las cuales incurren en un delito, es su prohibición", dijo.