Lío en la Selectividad. Enunciados inexactos, omisiones y un manifiesto histórico pronunciado por Francisco Franco en 1936 han provocado más nervios de los habituales en los tres días, entre el martes y el jueves, que se han celebrado los exámenes en el campus de la UIB.

Esta edición de la polémica prueba -el Gobierno estuvo a punto de finiquitarla para transformarla en una reválida- ha dado mucho juego. Las aguas ya bajaban revueltas por la libertad de elegir hacer el examen con las preguntas en castellano por primera vez, lo que motivó la renuncia de cuatro profesores del tribunal. Una cadena de errores en los enunciados de las preguntas -algunos notorios- irritaron a muchos alumnos y propiciaron carreras de profesores para solventarlos sobre la marcha.

Con mención especial para la prueba de Historia de España. Las tres preguntas de la Opción A sumaban nueve puntos -no los diez reglamentarios-, por lo que se improvisó una nueva puntuación: 3,33 para cada cuestión.

En uno de los enunciados del examen en catalán se ofrecieron más pistas que en el de castellano: "Analiza y compara la evolución política interna de los dos bandos enfrentados durante la guerra civil (bando republicano y nacional)". Esta última precisión no aparecía en la pregunta en castellano.

Historia del Arte

También hubo problemas en la prueba de Historia del Arte, uno particularmente grave. "La pintura del Renacimiento en Italia", rezaba el enunciado de uno de los dos temas propuestos en la Opción A del examen en castellano. La pregunta era diferente en el de catalán: "Las vanguardias históricas". Al detectarse el error se eligió una pregunta para no vulnerar el principio de igualdad.

La Opción B del mismo examen también presentó una inexactitud notable. "La arquitectura en Roma", decía el enunciado en castellano. "La arquitectura civil en Roma", concretaba el escrito en catalán.

La confusión también fue mayúscula en el examen de inglés. A los alumnos se les pidió que escribieran una redacción en la lengua de Shakespeare. ¿Sobre qué tema? No se especificó, así que hubo que improvisar uno.

En el examen de dibujo también hubo un error de edición que fue advertido por los estudiantes. Y en la prueba de lengua castellana la puntuación total de la Opción A sumaba 9,75, por lo que hubo que 'adulterar' una de las respuestas con un 0,25 extra para llegar al 10.

"Hubo más incidencias de las habituales, pero las resolvimos en tiempo y forma", afirmó ayer Joan Stela, secretario de la comisión organizadora de la Selectividad.

Este profesor achacó los problemas al hecho de que este año dispusieron de menos tiempo para preparar la Selectividad porque no estuvo clara su celebración hasta Navidades. "Esto se ha hecho más grave de puertas hacia afuera. Los alumnos estuvieron muy tranquilos", indicó Stela, que rechazó que estas incidencias fueran provocadas por la coexistencia de exámenes en castellano y en catalán.

Ceremonia de la confusión

Dos preguntas diferentes dependiendo del idioma elegido para el examen de Historia del Arte. La prueba en castellano cuestionó por el Renacimiento, mientras que la catalana interrogó sobre vanguardias históricas. Hubo que reaccionar sobre la marcha para equilibrar la prueba. En otra de las preguntas hubo una inexactitud llamativa. No es lo mismo responder sobre "La arquitectura en Roma" que sobre "La arquitectura civil en Roma".

Los examinadores ofrecieron más pistas en el examen de Historia de España en catalán que en el de castellano. "Analiza y compara la evolución política interna de los dos bandos enfrentados durante la Guerra Civil (bando republicano y nacional)". El paréntesis 'desapareció' misteriosamente en el enunciado de la pregunta en castellano. Otro fallo que no pasó desapercibido.

"Ni unidad de la patria, amenazada por el desgarramiento territorial" , es una de las frases del manifiesto que Francisco Franco leyó el 17 de julio de 1936, un día antes del golpe de Estado que alentó contra la legalidad republicana. El texto propuesto por Miguel Deyà, director general de Educación y Universidades con el PP, se reprodujo en la prueba de Historia de España para que los estudiantes lo comentaran. Joan Stela, organizador de la Selectividad, defendió la propuesta: "Hubo tres textos finalistas y se eligió este por sorteo. Quiero recordar que data de 1936, no hay que sacarlo de contexto".