Un joven empresario relacionado con el negocio del ocio nocturno de Calvià ingresó ayer en prisión por amenazar a un testigo clave del caso Cursach y por incumplir la orden judicial que le prohibía acercarse a Palmanova y Magaluf. Este individuo, cuyos negocios el juez vincula con intereses de Cursach, ya fue detenido hace algunos meses, precisamente por los mismos hechos, es decir, por amenazas a un testigo. Un empresario que ha denunciado el trato de favor que recibía el empresario Cursach con respecto a otros negocios de la competencia, denunció que el joven le había amenazado. Estos hechos se habrían cometido en la plaza Pitiüses, una de las zonas donde se han producido más enfrentamientos entre los empleados de Cursach y los trabajadores de otros locales.

Tras la primera detención el juez Penalva acordó una orden de alejamiento, que prohibía al detenido acercarse al municipio de Calvià, sobre todo a la zona donde se concentran estos negocios nocturnos. Sin embargo, ante la petición de la defensa, representada por el abogado David Salvà, el juez rectificó y permitió que el joven pudiera acceder únicamente a su lugar de trabajo, es decir, al bar que dirige, pero le prohibió que pudiera comunicar con el testigo. El joven incumplió dicha orden, ya que siguió amedrentando al testigo, no solo él, sino también otros de sus trabajadores. Estos conflictos se fueron repitiendo varias veces.

En esta ocasión el joven no fue detenido, sino que fue citado para que compareciera en el juzgado. El magistrado, para no acordar el ingreso en prisión, decidió prohibir al detenido que se acercara a la localidad de Calvià, es decir, no podía ir ni siquiera a trabajar a su bar. Le obligaba a residir en otra localidad distinta, para evitar precisamente que se volvieran a repetir estos episodios de amenazas.

Sin embargo, el joven ha vuelto a incumplir de nuevo dicha orden judicial. El pasado lunes la Guardia Civil comprobó que el joven empresario había dormido en un hotel de Calvià. La habitación la había alquilado a nombre de su novia, con la que pasó la noche en el hotel, donde fue detenido por la Guardia Civil. El sospechoso fue llevado ayer al juzgado, donde se decretó su ingreso en prisión bajo la acusación de obstrucción a la justicia y desobediencia.

El testigo clave al que habría amenazado ha señalado que no era la primera vez que el detenido habría incumplido la orden judicial. De hecho, el joven llegó a confesar ayer que era cierto que estuvo varias veces en la zona de Palmanova y Magaluf, a pesar de que sabía que existía una orden judicial que le prohibía su presencia en esta zona.

En una de las últimas declaraciones señaló que tuvo un encontronazo en la calle con el joven y que este le realizó un gesto amenazante. En concreto, se llevo un dedo al ojo y posteriormente señaló al declarante. El denunciante interpretó con este gesto que lo estaba amenazando.

Encontronazo

No fue el único encontronazo con el testigo. La pasada semana el joven adelantó con su coche al denunciante, que a punto estuvo de caer con su bicicleta. El vehículo se puso a la altura del testigo y el joven le señaló de nuevo con el dedo, al tiempo que se reía de él.

No es la primera vez que se denuncia que personas del entorno de Cursach han denunciado a testigos del caso. De hecho, en estos momentos hay dos personas que están en prisión por obstrucción a la justicia. Uno es el sobrino del empresario y otro es un rumano que amenazó a testigos.