Mallorca se encamina hacia su cuarta temporada turística de récord y pese a ello la pobreza sigue sin debilitarse en la isla. Según se pone de relieve desde Cruz Roja, la demanda de ayuda ante casos de emergencia social no registra recortes apreciables a causa principalmente de la fuerte precariedad existente en el mercado laboral del archipiélago, con un elevado peso de los contratos temporales y los bajos salarios.

La coordinadora del programa de ayudas de esta entidad relacionado con los citados casos de emergencia social, Ana Espinosa, señala que la 'buena noticia' es que al menos la cifra de usuarios ha dejado de crecer, pero por contra siguen sin detectarse descensos significativos. Ciertamente, se destaca que durante los meses de verano se percibe una menor afluencia de personas necesitadas de auxilio, pero al llegar el invierno las cifras recuperan el punto de partida. Con el agravante de que la demanda de apoyo se mantiene incluso en familias que ya disponen de un empleo durante todo el año, lo que refleja la debilidad de las retribuciones que perciben.

El programa de ayudas en emergencias sociales de Cruz Roja atendió durante 2016 a 822 usuarios solo en el ámbito de Palma, aunque se estima que con estas actuaciones se benefició a unas 1.330 personas (se suman los familiares de los perceptores), unas cifras muy similares a las del ejercicio anterior. Y a la vista de la evolución que se está dando durante los primeros meses de este año, todo apunta a que esta población atendida se va a mantener estable.

Ana Espinosa no oculta que las peticiones de auxilio registran un cierto alivio al llegar los meses de verano, especialmente en lo referente a gastos básicos, como la alimentación, fruto de la mejoría que se está registrando en materia de empleo. Pero también hay elementos que permiten detectar que la precariedad de los nuevos puestos de trabajo mantiene a muchas familias en una situación de extrema debilidad.

Debilidad durante el invierno

El primero es el repunte que se registra en las solicitudes de ayuda durante el invierno (la entrada de nuevos usuarios duplica a la que se registra en verano), demostración de la elevada temporalidad que se mantiene en las contrataciones realizadas en la isla, denunciada también desde los sindicatos y desde el propio Govern.

El segundo elemento a tener en cuenta es que aunque en el caso de las personas que recuperan un empleo la solicitud de las ayudas más básicas desciende (como alimentos o productos de higiene personal), la necesidad de auxilio se mantiene ante cualquier gasto imprevisto, ya sea a la hora de demandar auxilio para pagar un recibo de la luz especialmente alto por las bajas temperaturas invernales, los libros de texto para los hijos o cualquier desembolso extra vinculado a la salud, prueba de que los salarios que se abonan permiten mantener una subsistencia básica, pero no afrontar facturas de carácter extraordinario. De nuevo aquí se coincide con las denuncias formuladas por organizaciones sindicales y Ejecutivo autonómico, cuando subrayan que la recuperación que registra la economía balear sigue sin llegar a las familias.

Ana Espinosa pone de relieve que, pese a lo expuesto, las peticiones de ayuda más habituales siguen siendo las relacionadas con la demanda de alimentos, con un 75% de los casos. La actuación de Cruz Roja en este campo es doble, con el reparto directo de productos no perecederos, al que se ha sumado la entrega de vales para poder adquirir alimentos frescos en algunos comercios, como fruta, carne o pescado.

Un 8% de las peticiones está relacionado con productos de higiene personal y de limpieza, y aproximadamente otro 8% con ayudas para afrontar recibos de la luz, agua y gas. Un 7% se centran en la adquisición de medicamentos.