Nuestra “joya azul” está en serio peligro. En los primeros 25 metros de profundidad de nuestras costas, donde todos disfrutamos cuando nos bañamos, la posidonia lucha para sobrevivir, afectada por la contaminación del agua con la presencia de los emisarios y el fondeode las embarcaciones. Debido a la sobrepesca, en esta franja de mar ya no se ven meros grandes, ni grupos de escorballs y escasean los pulpos. Todo un indicador de la gravedad del asunto.

'25 metros de vida azul' es el título del vídeo de Mallorca BLUE con el que denuncia esta tremenda situación con imágenes de lo más elocuentes y datos escalofriantes que llaman a la acción urgente para salvar el Mediterráneo.

“Mallorca es una joya azul en el Mediterráneo. En Baleares tenemos las aguas más transparentes del planeta después del Caribe, debido a la falta de partículas en suspensión”, comienza el relato del locutor del vídeo. Pero esta alegría termina pronto, cuando se empiezan a enumerar las causas por las cuales el agua está perdiendo su calidad y transparencia, con todo lo que ello implica para el ecosistema marino.

“Los vertidos de las aguas municipales insuficientemente depuradas y los abonos agrícolas contaminan los acuíferos y nuestras costas, enturbian el agua y degradan el ecosistema marino. Aumentan en el mar las partículas orgánicas y nutrientes; los contaminantes químicos, metálicos y orgánicos disminuyen la transparencia del agua. El aumento de nutrientes origina una proliferación de macroalgas en el fondo como la ‘caulerpa prolifera’. Su presencia indica de que hay perturbaciones en el medio marino, se multiplican las microalgas en el agua, que la tiñen y enturbian, esto impide que pueda llegar la luz del sol a las praderas de posidonia dificultándoles la fotosíntesis. En el fondo proliferan bacterias que descomponen las partículas orgánicas, agotan el oxígeno del agua y producen compuestos tóxicos para la vida en el lecho marino. Se altera el ecosistema, se pierde biodiversidad y se degrada la posidonia”, aseguran desde Mallorca BLUE con la intención de que pronto alguien tome cartas en el asunto.

Nada parece dar esperanza cuando explican que “estos procesos de degradación se activan en zonas donde hay poca renovación de aguas por las corrientes marinas. Son las aguas que van desde la orilla hasta los 15 metros de profundidad en nuestras las playas de nuestras bahías y ensenadas, las zonas de baños que todos disfrutamos. En algunos puntos y zonas del litoral de la isla esto se agrava. Después de años de vertidos hay praderas de posidonia que se han perdido para siempre. Es uno de los casos más graves de regresión y deterioro de este hábitat prioritario en la costa mediterránea española, según el Instituto Oceanográfico Español”.

“Desde que se construyeron las depuradoras la población residente de Palma casi se ha triplicado, pero en los últimos 20 años en Mallorca no se han realizado las mejoras necesarias con los recursos obtenidos del canon del agua que todos pagamos”, afirman.

Hay puntos negros en la bahía, sin oxígeno en el agua, sin vida y con cianobacterias en el lecho. Los temporales de invierno pueden atenuar temporalmente esta situación, pero se volverá a agravar en verano. Además, la mayor parte de los nitratos usados como fertilizante en la agricultura no son asimilados por las plantas y terminan contaminando los acuíferos que desembocan en el mar a través del subsuelo. Los vertidos de nutrientes en el mar y la sobrepesca de sus depredadores provocan un aumento importante de las poblaciones de medusas en nuestras costas. La sobrepesca ha acabado con un un tercio de los peces del mediterráneo, afecta al 93 por ciento de las poblaciones explotadas comercialmente y algunas ya se encuentran al borde de la extinción”, es otro de los problemas más urgentes.

En resumen, “la vida animal se reduce, las praderas de posidonia se degradan, el agua del mar pierde calidad y transparencia y todo esto se nota especialmente en los primeros 25 metros de profundidad de nuestra costa, precisamente la que disfrutamos todos en el mar”.

Sin embargo, también hay soluciones posibles y Mallorca BLUE las plantea en este audiovisual: “¿No sería más inteligente suprimir los emisarios y mejorar la depuración del agua reciclándola en el riego agrícola urbano o infiltrándola en el terreno? Sería doblemente beneficioso, protegería el mar y en un escenario de lluvias escasas generaría agua dulce adecuada para muchas finalidades”, proponen a las autoridades sin dejar de reconocer que “estas medidas tienen costes, pero también ventajas e incuestionables beneficios”.