Tanto Jaime Nadal, como el ingeniero Bernardo Rossinyol, quedaron anoche en libertad tras una larga jornada de declaraciones en el juzgado de instrucción número 12 de Palma. El juez acordó esta medida, que había solicitado la fiscalía, pero acordó que Jaime Nadal no podía acercarse al Ayuntamiento de Calvià, donde trabaja como funcionarios. El ingeniero, asistido por el abogado José Ignacio Herrero, que fue el último en declarar, rechazó las acusaciones de la fiscalía y negó que realizara informes para perjudicar a los negocios de la competencia de Cursach. No se acordó ninguna medida en su contra

El exdirector general de Comercio se encuentra en estos momento de baja por supuesto moobing.