Canarias aspira a una subvención al transporte de mercancías que les llevará a duplicar las ayudas que reciben, y, de paso, les permitirá relegar otra vez a Balears en las compensaciones de insularidad. Si el Gobierno Rajoy acepta la exigencia del diputado Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, a cambio de que le dé un voto del que dependen los Presupuestos Generales del Estado para el año 2017, Canarias pasaría de su actual subvención del 50% de los costes de transporte de mercancías a sus islas a una bonificación del 100%. O dicho de otro modo: si el diputado canario, integrado en el Grupo Socialista, le tuerce el brazo al Gobierno Rajoy, el archipiélago atlántico no pagará por el transporte de las mercancías que entran y salen de sus islas. El Estado correrá con los gastos.

Solo por esta concesión, al Gobierno del PP le costaría el voto del canario casi veinte millones de euros, que es lo que supone duplicar la actual subvención al transporte de mercancías a esas islas. El salto dotaría a Canarias de un total de 38 millones de euros en concepto de apoyos logísticos. La reforma desnudaría además un agravio comparativo que se explica en millones de euros: en la actualidad, Canarias se embolsa 19 millones anuales para su transporte de mercancías, que pasarían a 38 a cambio del voto a los presupuestos, dejando a Balears anclada en su bolsa actual de ayudas, apenas 1,1 millones al año.

Con todo, la presión canaria en el Congreso y lo decisivo del voto del diputado de Nueva Canarias están a punto de hacer que sus ayudas al transporte de mercancías multipliquen por cuarenta las de Balears. Según detalla el economista José Luis Groizard, en un estudio que está sirviendo de base al Govern para reclamar al Estado un régimen de compensaciones a la insularidad, con el sistema actual Canarias se está quedando el 94% de las ayudas al transporte de mercancías, mientras Balears solo recibe el 6%. El resultado directo es que tonelada de mercancías que llega a Canarias tiene 60 céntimos de euros de subvención, frente a los 9 céntimos de Balears.

El castigo balear

¿A qué se debe una diferencia de tal calado? Pues a que Canarias, en atención a su condición de territorio europeo ultraperiférico, tiene una subvención del 50% de todas las mercancías originarias o transformadas en el archipiélago que salgan de las islas. En cambio, la compensación a Balears es del 35%, con una limitación añadida: a Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera solo se les aplica descuento cuando exportan productos de "sectores de atención preferente", una corrección que hace que al final únicamente el 13,8% de las mercancías acaben siendo subvencionadas. Y lo mismo ocurre con lo que entra en los puertos de uno y otro archipiélago. Canarias se beneficia de un descuento de los costes de transporte del 50% (incluido por ejemplo el combustible que reciben), pero en Balears el porcentaje se reduce al 30%. Y como en el caso de las exportación, en Canarias se le aplica la ayuda a todo, mientras en Balears solo beneficia a una mínima parte de lo que llega.

Las consecuencias, detalladas en el informe Groizard, tienen efectos palpables en el bolsillo de los ciudadanos.

Un ejemplo: mientras Canarias se surten gracias a las subvenciones con la gasolina más barata de Europa, los Balears no tienen tanta suerte y pagan de su bolsillo los costes especiales de transportar el carburante a las islas y sufren el litro de gasóleo (antes de impuestos) más caro de Europa. Con todo, según Groizard, el consumo se encarece para los baleares en 800 millones al año, mientras a las empresas les cuesta 900 millones más producir y 4.000 extra exportar. En total, la factura de la insularidad es para la isla de más de 7.200 millones al año, que, a diferencia de Canarias ni se ven compensados con inversiones extra del Estado (1.362 millones en Canarias, 148 en Balears) ni con un régimen fiscal que hace que el archipiélago atlántico tribute por comprar agua, libros, vuelo o comida un 0%, frente al entre 10 y 21% de Balears.