Los taxistas del aeropuerto se rebelaron ayer contra 'la oferta pirata' en Son Sant Joan. Más de 300 de estos profesionales suspendieron su actividad tras detectar a un grupo de personas ofreciendo sus servicios a los turistas para trasladarles en microbuses. La movilización colapsó la parada de taxis, donde aguardaban miles de pasajeros. Además, la protesta subió de tono y los taxistas insultaron e incluso llegaron a las manos con sus competidores. Estos trabajadores desconvocaron anoche los paros tras alcanzar un acuerdo con Govern y Cort para vetar a estos competidores en el aeródromo mallorquín, si bien amenazan con nuevas movilizaciones si este tipo de transporte continúa operando.

Tras mantener contactos telefónicos durante toda la tarde con la conselleria de Territorio, Energía y Movilidad, los taxistas reanudaron los servicios al arrancarle al Ejecutivo compromisos para frenar a estas empresas. Se da la circunstancia de que el Consell de Govern de hoy ya tenía previsto aprobar un decreto para regular el llamado transporte discrecional. Pero las protestas de ayer han logrado que el conseller de Territorio, Marc Pons, se comprometa a publicarlo con celeridad en el BOIB, donde verá la luz mañana. Según este decreto, el taxi se convierte en el único servicio de transporte que puede contratar en la vía pública en el aeropuerto. Eso deja fuera a los vehículos de alquiler con conductor y a los vehículos de transporte discrecional. Según el presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi, Gabriel Moragues, este tipo de empresas solo podrán cargar en la vía pública si tienen antes cerrado un contrato con el cliente.

La presión de los taxistas ha hecho además que Cort se comprometa a enviar policías locales a Son Sant Joan para incrementar los controles sobre estas compañías. Pero esta tregua es temporal. Los taxistas han dado a las administraciones una semana para comprobar que estas medidas contra lo que ellos consideran 'transporte pirata' funcionan realmente, y amenazan con un "parón total" en Son Sant Joan si en este plazo no se ha frenado a estos competidores.

Un parón del que ayer ya vivió un anticipo Son Sant Joan. La movilización de los taxistas colapsó totalmente su parada en el aeropuerto, donde miles de pasajeros aguardaban para ser trasladados. No obstante, el sector realizó una suerte de servicios mínimos selectivos, y cargó pasajeros cuando en el grupo había niños, personas mayores o con problemas de movilidad. Asimismo, ante la posibilidad de que pudieran ser multados por obstruir el tráfico, los taxistas trasladaron sus vehículos a la zona de reserva del aeropuerto, por lo que la parada quedó totalmente vacía.

La revuelta taxista se inició al detectar sus trabajadores a empleados de empresas de transporte intentando captar clientes ya no solo en el hall del aeropuerto, sino incluso junto a la parada de los propios taxistas. Ante esta provocación, los trabajadores del taxi estallaron en cólera y comenzaron a insultar a sus competidores hasta el punto de llegar incluso a agredirse entre ellos.

Piquetes

Además, los taxistas organizaron piquetes para detectar a estas empresas de transporte discrecional, iniciativa a la que se sumaron agentes de la Policía Local, que pidieron datos y matrículas a los trabajadores de estas compañías para dilucidar si operaban legalmente. Fuentes de la Conselleria de Territorio explicaron que este tipo de comercialización de plazas que llevan a cabo estas empresas del transporte discrecional era ayer legal, si bien su situación cambiará a partir de hoy cuando el Govern apruebe su nuevo decreto.