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Análisis

El rector que la UIB se merece

La UIB es la primera universidad española en que la policía no ha entrado para arrestar a alumnos revolucionarios, sino para detener a catedráticos acusados de presunta estafa. A nadie puede sorprenderle que una institución así sea presidida por Llorenç Huguet.

El rector que la UIB se merece

La UIB es la primera universidad española en que la policía no ha entrado para arrestar a alumnos revolucionarios, sino para detener a catedráticos acusados de presunta estafa. A nadie puede sorprenderle que una institución así sea presidida por Llorenç Huguet.

El ganador de las elecciones a rector no tiene nada que envidiar intelectualmente a Susana Díaz. De hecho, sus titiriteros excatalanistas pujaban por la candidata andaluza en las primarias del PSOE. Por desgracia, Rafel Crespí no es Pedro Sánchez. El antiguo trabajador de Viajes Barceló y catedrático de organización de empresas (!!!!!) presentó una iniciativa empresarial singularmente desorganizada. Falto de coraje y convencido de que se presentaba a un party campestre, en ningún momento pareció un nativo de Sa Pobla.

Huguet aleja la pesadilla de levantarse por la mañana y encontrarse sin el coche oficial que colocó al servicio de personajes como Marina Castaño, otra intelectual a su altura. El ensañamiento con los perdedores es de pésima educación, pero el ausente Crespí ha bloqueado el acceso de un candidato de verdad. Con las veces que cada uno de ustedes ha escuchado el nombre de Pere Deyà, el catedrático de Química Orgánica hubiera obtenido mayoría absoluta. Y los laicos suspiran para que Francesca Mas, la presidenta del Consell Social, se encargue de la UIB.

Hay que abandonar las elucubraciones sin sentido. La Universitat no puede tener un rector distinto de Huguet, el catedrático que le da su merecido. El margen final reproduce el Company vs. Bauzá, si desea rastrear otro dúo de imposible disección. El rector continuista garantiza que la basura seguirá debajo de las alfombras y en los cajones, regirá la farsa de las comisiones de contratación y de las demandas masivas a filósofos díscolos. Lo único que es incapaz de asegurar es que la policía no se vea obligada a regresar al campus.

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