A la saturación de las carreteras isleñas con coches de alquiler y a la escasez de viviendas descasez de viviendase la mano de la demanda turística se suma ahora la invasión de empresas de alquiler de yates que se está registrando en el litoral isleño, incluidas las mayores multinacionales dedicadas a esta actividad, según se denuncia desde la patronal balear de este sector, a lo que se añade como agravante una creciente proliferación de embarcaciones que trabajan de forma irregular y una escasez de amarres que está haciendo que los precios comiencen a alcanzar niveles prohibitivos.

El presidente de la comisión de chárter náutico de la patronal Apeam, José María Jiménez, advierte de que la cifra de embarcaciones destinadas al alquiler está creciendo este año un 25%, fruto del traslado de parte de la flota en manos de grandes empresas del sector que hasta ahora tenían su base en Grecia o Turquía pero que ahora acuden en masa a la isla al olor del boom turístico balear y de los importantes beneficios que se pueden obtener.

En este sentido, este representante empresarial señala el incremento detectado en el número de yates que han traído a la isla algunas de las mayores multinacionales del ramo, como Sunsail o Dream Yacht Charter.

Entrada masiva

Pero a esta entrada masiva de grandes operadores del chárter náutico se suma también la creciente proliferación de las que Jiménez no duda en calificar de embarcaciones ilegales, muchas llegadas desde el extranjero, que se dedican al alquiler sin contar con las pertinentes autorizaciones.

El problema está alcanzando unas proporciones extraordinariamente relevantes. Según el representante de Apeam, la situación más dramática se vive en Eivissa, donde asegura que por cada barco legal se pueden encontrar dos o tres ilegales. En Mallorca la situación también se califica de grave, aunque sin alcanzar los niveles de la isla pitiusa: según Jiménez, aquí la proporción de barcos legales e ilegales es de uno a uno, aunque apunta que en algunas zonas, como Andratx, la tasa de irregulares es superior.

Este boom de embarcaciones de alquiler (que recuerda la situación que se vive con vehículos y viviendas) está conllevando dos problemas, según subraya el portavoz de la patronal balear. En primer lugar, la competencia ha crecido hasta niveles tan desorbitados que hace que la facturación que consiguen realizar las empresas tradicionalmente dedicadas al chárter en Mallorca esté cayendo hasta un 30%, en parte también por la necesidad de reducir precios para poder mantenerse en el mercado.

Pero a ello añade los problemas que se están encontrando para poder accedera un amarre, dado que ese aumento de la demanda está haciendo que la oferta sea claramente insuficiente, lo que explica el elevado número de barcos que se ven obligados a fondear fuera de los puertos por falta de espacio. El problema adicional es que muchas marinas están aprovechando esta situación para elevar sus precios hasta niveles que pueden ser difíciles de asumir para una empresa local. A lo expuesto hay que sumar la escasez de personal cualificado para labores como las reparaciones y el mantenimiento, lo que está obligando a buscarlo en el extranjero.